Navalni fue detenido el 17 de enero al regresar desde Alemania, donde había estado convaleciente de un envenenamiento sufrido en agosto de 2020. Las autoridades alegaron entonces que el líder opositor había incumplido las medidas excepcionales que mantenían en suspenso una pena dictada en 2014 por acusaciones de fraude.
La jueza Natalia Repnikova coincidió este viernes en dicha tesis -en la que ha ahondado la Fiscalía- y ha determinado que Navalni ingrese en prisión para purgar la pena, según la agencia de noticias Sputnik. A Navalni, no obstante, solo le restarían por cumplir dos años y ocho meses, ya que se tendrían en cuenta los diez meses que pasó bajo arresto domiciliario.
Las partes tienen ahora diez días de margen para presentar recurso, algo que ya han adelantado que harán los abogados del acusado.
El entorno de Navalni ha llamado a la población a manifestarse inmediatamente contra las autoridades como señal de repulsa tras la resolución judicial, en línea con las movilizaciones que ya se convocaron el 23 y el 31 de enero. Ya durante la vista, se registraron enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad a las puertas del tribunal que se saldaron con más de 300 detenidos, según la cadena independiente TV Rain.
Durante su comparecencia ante la jueza, Navalni ha reiterado sus críticas al Gobierno en un duro discurso. "Alguien no quería que volviese a Rusia como un hombre libre. Todos sabemos quién", declaró el impulsor de la Fundación Anticorrupción, según Bloomberg.
El opositor señaló directamente a Putin, al que ha descrito como "envenenador de calzoncillos", en alusión a la prenda donde se habría puesto el agente nervioso que casi le cuesta la vida. El Kremlin siempre ha negado cualquier responsabilidad en este supuesto ataque.
Según Navalni, no es sólo él quien se sienta en el banquillo, sino toda la oposición. "El principal punto de este juicio no es lo que me pase a mí, meterme en la cárcel no es duro, sino que la principal razón (del proceso) es intimidar a un gran número de personas", indicó.
GOBIERNO
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, volvió a poner en cuestión este martes la tesis de Navalni, alegando que hasta ahora Moscú "no ha recibido nada que demuestre las acusaciones", según la agencia TASS. En este sentido, ha negado que se pueda hablar de "secreto" para justificar el recelo a compartir datos: "Tenemos razones para creer que es una farsa".
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha adelantado también Lavrov "dará una respuesta dura" al Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell, si traslada un mensaje "duro" por parte del bloque sobre el caso del opositor durante su próxima visita oficial al país.
"Si se trae algún mensaje duro, entonces no tengo ninguna duda de que nuestro ministro dará una respuesta igual de dura a este mensaje", dijo Peskov, quien ha agregado que depende del aparato judicial dar 'luz verde' a una posible reunión entre Borrell y Navalni.
"No podemos considerar posible o imposible un encuentro así, no es nuestra prerrogativa", ha manifestado, si bien ha incidido en que Moscú "no tiene intención de responder a sermones ni tenerlos en cuenta" en el caso del opositor, según la agencia rusa de noticias Sputnik.
Por el momento, la diplomacia comunitaria no considera cancelar la visita de Borrell, programada del 4 al 6 de febrero, y ha defendido que será una buena oportunidad para abordar de primera mano con el Kremlin la crisis generada por la detención de Navalni, así como las acciones rusas en Ucrania, el pacto nuclear iraní y lo último con respecto a la pandemia, en la que será la primera visita de un responsable de Exteriores europeo desde 2017. (Europa Press TV)