Colombia le ganó a Venezuela de visitante por 1-0, pero no le alcanzó. Colombia se presentó en el CTE Cachamay con la obligación de ganar su compromiso frente a Venezuela y esperar una ayuda de Paraguay en su duelo ante Perú para rasguñar el repechaje de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial que se disputará en Qatar a partir de noviembre.
Las tensiones se percibieron desde el principio. Y las noticias que llegaban desde Lima no eran auspiciosas para el combinado cafetero. El prematuro gol de Lapadula para el combinado incaico representó una dosis mayor de nerviosismo en los intérpretes del elenco de Reinaldo Rueda. La vía aérea, las decisiones apresuradas y la pierna fuerte comenzaron a aparecer como recursos principales en un conjunto que de a poco fue cayendo en la desesperación. El penal que sancionó el brasileño Wilton Pereira Sampaio a instancias del VAR por una infracción sobre Rafael Santos Borré parecía un consuelo, pero James Rodríguez falló ante Wuilker Fariñez y su decepción se instaló de inmediato en su rostro. Sin embargo, el árbitro le dio una segunda oportunidad por un supuesto adelantamiento del arquero y en la repetición de la ejecución, el ex Real Madrid no se equivocó: gol, polémica e injusticia.
En el complemento los de Rueda mermaron en su intensidad e intentaron manejar los tiempos del encuentro. Si bien Venezuela continuó haciendo méritos para evitar la derrota, las intervenciones de Yeferson Soteldo, Jefferson Savarino y Jhon Murillo no fueron suficientes para emparejar el pleito. A pesar de la caída, la Vinotinto dejó una buena imagen y su entusiasmo se afianzará en tener a José Pekerman para formar los cimientos hacia el futuro.
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