Por su parte, el cambio de régimen, que según las autoridades le correspondía desde febrero, fue pospuesto para agosto. Sin embargo, la supuesta indisciplina tuvo lugar el 29 de marzo, cuando Noel le dio patadas a la puerta de la celda para hacerse oír.
López González subraya que sigue sintiéndose muy mal y pidiendo asistencia médica, pero la situación sanitaria ha colapsado a causa del coronavirus. Siente malestar general, mucho decaimiento, sensación de fatiga, resequedad y amargor en la boca, y diarrea. Además de estos síntomas, la presión le ha bajado a 90 con 60. El día 5 de julio le planteó su situación a un médico con el que se cruzó por casualidad en la escalera, quien allí mismo le dijo que esos síntomas podían deberse a varias causas, pero al pedir Noel un chequeo, el clínico (quien se negó a decir su nombre) le respondió que eso era imposible, pues el hospital del Combinado, donde habría que hacerle los análisis, estaba cerrado por coronavirus, así que tenía que resistir hasta ver qué pasaría.
El preso López González explica que solo se les expiden conduces (permiso para ser atendido en un hospital externo) a aquellos prisioneros que ya se encuentran en un grado extremo de deterioro. Para ello, la dirección del edificio hace la solicitud a la dirección del Combinado, y es esta instancia (comandada por el teniente coronel Adoni Charchabal) la que aprueba o deniega el traslado.
Noel agrega que el 9 de julio lo recibió un médico a las 10:20 de la noche. Tenía la presión en 80 con 50. Al explicar sus síntomas, el galeno supuso que podían ser los riñones, pero alegó que su médico estaría de guardia el 10 de julio, que sería el encargado de atenderlo y darle una remisión para que le hicieran un chequeo en la calle. Sin embargo, el día 10 a las 5 de la tarde todavía no había aparecido el médico.
Hasta el momento de redactar esta nota, Noel continúa con los mismos síntomas y percibe que las autoridades de la prisión lo evaden. Apenas tiene fuerzas para bajar las escaleras hacia el teléfono, y está considerando la opción de comenzar otra huelga de hambre en reclamo de asistencia médica.
Hace unos meses Noel López presentó síntomas consistentes con infección por coronavirus, aunque (como muchos otros reclusos) no fue diagnosticado ni tratado. Los síntomas que describe en la actualidad concuerdan asimismo con las secuelas conocidas del SARS-CoV-2. (Cubanet)