Santiago.- El presidente chileno, Sebastián Piñera, dijo este domingo que convocó para el 4 de julio el inicio de la asamblea que redactará una nueva Constitución para el país sudamericano, que reemplazará la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.
El proceso constitucional fue el resultado de un amplio acuerdo político en el mayor productor mundial de cobre tras las violentas protestas sociales que estallaron a fines de 2019 ante la profunda desigualdad en el país, conocido por su modelo de libre mercado.
«Esta Convención Constitucional representa sin duda una gran oportunidad para lograr esos acuerdos amplios y sólidos que permitan dar origen a una nueva Constitución, que sea reconocida y respetada por todos los chilenos y constituya un gran marco de unidad, estabilidad, de proyección hacia el futuro para nuestra democracia», dijo Piñera en un discurso.
El mandatario recordó que el organismo deberá respetar el carácter de república que posee el Estado de Chile, su régimen democrático, las sentencias judiciales y los tratados internacionales vigentes.
Algunos de los miembros electos del nuevo organismo han cuestionado las bases del acuerdo político que dio base al proceso constituyente y han llamado a discutirlos y revisarlos.
«Esta convención tiene importantes grados de autonomía que todos debemos respetar. Sin embargo, su misión no es gobernar ni legislar», señaló Piñera.
El cuerpo tampoco podrá poner término anticipado al período de las autoridades elegidas por votación popular y no puede atribuirse el ejercicio de la soberanía ni asumir atribuciones que no le hayan sido expresamente conferidas, subrayó.
El variopinto organismo de 155 miembros electos en mayo tendrá hasta un año desde su instalación para presentar el proyecto de texto, que luego deberá ser votado por la población en un referendo.
En la elección de los redactores tanto la centroderecha gobernante como la tradicional centroizquierda, que gobernó mayormente al país desde el retorno a la democracia, sufrieron una derrota ante candidatos independientes y de una variopinta coalición de izquierda con el Partido Comunista.
Aunque el oficialismo conservador falló en asegurarse un tercio de los escaños para bloquear eventuales cambios radicales, como ningún bloque posee una clara mayoría será necesaria la negociación de acuerdos.
Analistas han dicho que los contenidos que se debatan y acuerden en el fragmentado cuerpo podrían aumentar la incertidumbre política sobre el país en un año que además tendrá elecciones presidenciales y parlamentarias.
La Convención, con paridad de género y representación de pueblos indígenas, sesionará en una antigua sede del Congreso en Santiago, así como en un palacio restaurado para albergar sus operaciones. (Reuters)