El organismo ha indicado en un informe de situación que 1,14 millones de los 2,7 millones de residentes en el Gran Sur de Madagascar hacen frente a niveles "altos" de inseguridad alimentaria, con alrededor de 14.000 personas en una situación "catastrófica".
Asimismo, resaltó que "se espera un deterioro sostenido de la inseguridad alimentaria en el Gran Sur de Madagascar entre enero y diciembre de 2021" y ha añadido que "se prevé que la temporada de escasez arranque antes de lo habitual este año, dado que los hogares acabarán con sus escasas reservas de alimentos a causa de la mínima producción".
El PMA apuntó que el distrito de Amboasary Atsimo es el distrito más afectado, con el 75 por ciento de la población en situación grave, mientras que en Ambovombe, Ampanihy, Beloha y Tsihombe entre el 55 y el 60 por ciento de la población necesita una "acción urgente" para "proteger su sustento, reducir los déficit de consumo alimentario y salvar vidas".
"Durante el periodo proyectado entre octubre y diciembre de 2021, correspondiente a la temporada de escasez, con reservas insuficientes de comida, altos precios de los productos básicos a causa de la Covid-19 y las restricciones relacionadas y las malas oportunidades de empleo, es probable que la situación alimentaria empeore", subrayó.
En este sentido, puntualizó que, en ese caso, se prevé que la cifra de personas en situación de inseguridad alimentaria aumente a 1,31 millones y que la población en situación catastrófica se duplique, mientras que el número de personas en situación de emergencia superaría los 510.000.
El PMA advirtió a finales de abril que la prolongada sequía que afecta a Madagascar ha empeorado la situación alimentaria de cientos de miles de personas, hasta el punto de que es necesaria una intervención urgente si se quiere evitar la hambruna. Por ello, pidió 74 millones de dólares (unos 61 millones de euros) para financiar la entrega de ayuda durante seis meses.
La situación ha empeorado desde septiembre de 2020 y hasta el 80 por ciento de los habitantes de ciertas zonas han adoptados "medidas de supervivencia desesperadas", tales como comer langostas, frutos de cactus u hojas. (Europa Press)