Iván Callizaya Terceros fue el primer boliviano que llevó su fútbol a Bélgica en el año 1991 y abrió una difícil senda para que valores nativos como Vicente Arce (2012 en Royal Charleroi) y Ramiro Vaca (2022 en Beerschot) llegaran también a ese país europeo y se posicionaran con relativo éxito.
Empero, la travesía de Callizaya por gramados belgas fue más intenso y progresivo, tomando en cuenta que transcurrió 25 años de su vida en aquel país, donde sentó raíces, formó una familia y jugó en tres equipos: el club KFC Strombeek , el Racing Jat Wavre y el club Wallem.
“El ir a jugar a Bélgica fue un paso muy duro en mi carrera que yo no dudé en darlo. Requería mucho esfuerzo el agarrar el ritmo de allá, yo que era muy pequeño y liviano, me ha costado mucho, pero tuve mucha suerte y jugué dos temporadas en el KFC Strombeek, de segunda división, que años después ascendió a Primera con el nombre de Bruxelles. En 1994 pasé a Racing Jat Wavre, club de segunda división donde también jugué dos temporadas. Luego al club Walem de la división provincial en el que terminé mi carrera a los 32 años, debido a lesiones”, relata.
Después de casi siete temporadas de competencia activa en el fútbol belga, Iván se profesionalizó como entrenador para divisiones inferiores y obtuvo licencias de trabajo hasta llegar a la categoría “A” Premium Prof. (Preparador de jóvenes hasta los 21 años de edad), donde también prestó sus servicios en instituciones formadoras de futbolistas europeos.
“Mis más preciados trofeos son las cartas y mensajes que hasta ahora recibo de jóvenes europeos a quienes les cambié la vida a través del fútbol”, afirma.
Ese “profesor” apreciado y sencillo, de carácter risueño y firme a la vez, es de origen chulumaneño, (Chulumani, capital de Sud Yungas de La Paz), tierra a la que jamás olvida y menciona con mucho orgullo.
“Mis inicios como futbolista tuvieron raíces en mi hogar, mi padre fue un gran deportista, llegó a las reservas de Bolívar, en el equipo del ‘Maestro’ Víctor Agustín Ugarte en los años ’50”, recuerda.
Callizaya dio sus primeros pasos como futbolista en la Escuela de Fútbol La Paz, rememora que fue parte de equipos del Barrio Petrolero, zona donde moraba con su familia en la Sede de Gobierno y competía en diferentes torneos infantiles, “(…) así me fui formando como futbolista hasta que llegué a las divisiones inferiores de Chaco Petrolero, donde el profesor René Molina me acogió en la Pre-juvenil, luego me empujó a la Juvenil, de allí salté a Primera, debuté en el año 1984 con apenas 17 años”, cuenta y recuerda que en aquel tiempo, un entrenador- de quien no menciona su nombre- pero que lo describe como “muy brusco en sus apreciaciones”, le decía que “era muy chico…”, “entonces me tuve que aumentar la edad” (sonríe).
En el año 1986 jugó en primera “B” en el equipo Santa Rosa y al año siguiente, dando un “salto de garrocha” en su vida, llegó al club Bolívar, gracias al “buen ojo” del profesor Abdul Aramayo. En la “Academia” prestó servicio por tres años, siendo campeones en dos años consecutivos (1987 y 1988).
“El mejor recuerdo que tengo de mi vida deportiva en el país, es el Bolívar. Nos llamaban ‘los Chulupis’ cuando entrábamos a jugar, pero siempre lo hemos hecho muy bien, sea con el profesor Ramiro Blacut o con el profesor Jorge Carlos Habegger como entrenadores. De aquel tiempo, me quedó como ejemplo de lucha y perseverancia William Ramallo, quien era suplente del gran ‘Chapaco’ Fernando Salinas y vean lo que hizo cuando lo dejaron volar, prácticamente él le dio la clasificación a Bolivia al Mundial de USA ‘94”, rememora.
“Caly”-como lo llaman sus amigos- actualmente radica en Santa Cruz y paradójicamente, no entrena a ningún equipo de fútbol, ni forma parte de entidad alguna que forme nuevos valores del balompié nacional.
“El fútbol ha evolucionado mucho, comparar entre el fútbol boliviano de ayer y el de hoy, resulta muy doloroso porque no vemos logros ni progreso. Se ha perdido la competitividad en Sudamérica y tienen que haber razones. El fútbol de ayer tenía grandes jugadores y detrás de ellos había grandes hombres. Creo que ahora se está fallando en la calidad humana y donde no hay calidad humana no hay grandes logros”, asevera y aclara: “Con esto no quiero decir que no haya buenos muchachos, hay talento pero no hay logros, porque los logros no solo son individuales, son colectivos; el fútbol es muy colectivo y necesitamos buenos dirigentes, buenos jugadores y gente buena de corazón que apoye a un equipo”, remarca.
Parafrasea al entrenador Arsène Wenger (francés que entrenó al Arsenal de Inglaterra, por más de 20 años) e indica que “el fútbol es educación porque ésta empuja al individuo a crecer de manera constante y no quedarse en pequeños logros”.
“Los pueblos crecen, desarrollan, luchan por tener (…) y Bolivia no es la excepción. Lamentablemente, la educación en los colegios ha bajado el nivel. La desaparición de la familia en nuestra sociedad es dramática y estoy convencido que estos son los factores que afectan negativamente al deporte y de manera específica al fútbol”, dice.
“Alguna vez a un sabio le preguntaron ‘¿Cómo se puede tener hijos maravillosos?’ y este respondió ‘siendo padres maravillosos’”, reflexiona Callizaya.
“El trabajo de un entrenador aquí o allá siempre es el mismo, lo que falta es la pasión, honestidad y ética”, agrega.
Concluye recordando que los momentos más felices de su carrera como futbolista, se materializaron cada que hacía un gol y veía la sonrisa reflejada en los rostros de su padre y de su madre.
FICHA
Nombre: Iván Callizaya Terceros
Lugar de nacimiento: Chulumani (capital de Sud Yungas) – La Paz, Bolivia
Fecha de nacimiento: 23 de abril de 1966
Profesión: Entrenador de fútbol- Licencia UEFA “A” Premiun prof.
Lugar de residencia actual: Santa Cruz
Hijos: Maya Andrea (26) y Yulian Andrés (22)
GHILKA SANABRIA PRADEL