Brasilia.- Brasil informó ayer de que ha contabilizado un total de 500.022 muertes desde el inicio de la pandemia de coronavirus, segundo país del mundo más afectado. .
Según el registro oficial del Ministerio de Sanidad brasileño y los estados del país, este sábado se han sumado 1.401 muertes por el virus y 20.483 contagios, con lo que son más de 500.000 las muertes y 17.822.659 los casos confirmados, informa el diario “Folha de Sao Paulo”, citó Europa Press.
Las cifras reales podrían ser aún mayores, ya que no se hace pruebas a todos los posibles casos.
En la última semana se han registrado casi 2.000 muertos diarios y la cifra de contagios diaria está en torno a los 70.000, lo que confirma éste como uno de los peores momentos de la pandemia en el país desde que en febrero de 2020 se confirmó el primer caso.
En cifras “per capita”, Brasil está en el noveno puesto del mundo con 235 muertes por cada 100.000 habitantes y solo hay países con menor población por encima de él. Además, es el primero en muertes por habitante entre las principales economías del mundo.
Europa Press reflejó, sin embargo, que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, continúa restando importancia a la epidemia utilizando expresiones como «gripecita» para referirse a la enfermedad o cuestionando las vacunas o el uso de mascarilla.
Los expertos prevén que el número de víctimas en Brasil, que ya es el más alto de América Latina, aumente mucho más, reportó Reuters.
«Creo que vamos a llegar a 700.000 u 800.000 muertes antes de que podamos ver los efectos de la vacunación», dijo Gonzalo Vecina, ex jefe del regulador sanitario brasileño Anvisa, prediciendo una aceleración a corto plazo de las muertes.
«Estamos experimentando la llegada de estas nuevas variantes, y la variante india nos hará entrar en un bucle», enfatizó.
Vecina criticó el manejo de la pandemia por parte del presidente de derecha Jair Bolsonaro, incluyendo la falta de una respuesta nacional coordinada y su escepticismo hacia las vacunas, los confinamientos y los requisitos de uso de mascarillas, que ha tratado de flexibilizar.
Raphael Guimaraes, investigador del centro biomédico brasileño Fiocruz, dijo que los retrasos en el programa de vacunación en la nación más poblada de América Latina significaban que sus efectos completos no se sentirían hasta septiembre o más tarde.
Guimaraes advirtió que Brasil podría volver a ver escenas de lo peor de su pico de marzo-abril, cuando el país promedió 3.000 muertes por día.
«Seguimos en una situación extremadamente crítica, con tasas de transmisión muy elevadas y una ocupación de camas hospitalarias que sigue siendo crítica en muchos lugares», dijo.
Esta semana, los nuevos casos confirmados en Brasil se han acelerado hasta superar los 70.000 diarios en promedio, superando a India como país con más casos del mundo.
La vacunación será crucial para vencer al virus en Brasil, ya que el país no ha logrado un consenso sobre el distanciamiento social y las mascarillas, dijo Ester Sabino, epidemióloga de la Universidad de Sao Paulo. «Realmente necesitamos aumentar la vacunación muy rápidamente», dijo.
Sin embargo, la evidencia de la vecina Chile, que al igual que Brasil ha confiado abrumadoramente en una vacuna desarrollada por la china Sinovac Biotech, sugiere que pueden pasar meses antes de que la inmunización masiva frene efectivamente la transmisión.
Casi la mitad de los chilenos han sido vacunados, pero su capital, Santiago, acaba de volver a ser confinada en medio de un fuerte aumento de casos.
Brasil necesitará inocular a unos 80 millones de personas para alcanzar los actuales niveles de vacunación per cápita de Chile.
Eso requerirá un suministro más consistente de vacunas e ingredientes en Brasil, que han sido irregulares en los últimos meses, ya que las importaciones de China se retrasaron después de que Bolsonaro se enemistara con Pekín. (Europa Press Reuters)