Fue el final de otra campaña para el olvido. Bolivia no pudo dar la talla ante Brasil, un elenco que rompió un récord de puntos y victorias en las eliminatorias. La Verde perdió por 0-4, en el estadio Hernando Siles, en la despedida del entrenador venezolano, César Farías, quien terminó abucheado en el reducto miraflorino.
Brasil encontró el modo de jugar en la altura, tan temida en otras épocas y jugó con sólo ser eficaz en momentos clave para vencer fácil a una Verde que presentó varios cambios en su habitual once. Así, sin mucho esfuerzo, los visitantes se dieron un paseo.
Con goles de Lucas Paquetá (24), Richarlison (45, 90+1) y Bruno Guimarães (66), la ‘seleção’ alcanzó 45 unidades en este premundial y superó a la Argentina de Marcelo Bielsa, que había sumado 43, desde que en camino a Francia-98 se utiliza el formato de todos contra todos.
La estrella, Neymar, no pudo jugar el partido por acumulación de amarillas.
Bolivia, en cambio, resignó otro mundial y se sabe fuera de la copa desde su humillante derrota 4-1 ante la colista, Venezuela, en enero.
El partido empezó parejo, con pocas llegadas a ambos lados y Bolivia intentando estar a la altura del visitante.
Hasta que apareció Paqueta, gracias a un sensacional pase en profundidad al centro de Guimarães, el jugador del Olympique de Lyon tuvo la pelota servida en la zurda y la clavó en el segundo palo de Bolivia.
La Verde de Farías tuvo varias oportunidades y buena triangulación. Pero la escuadra de ataque liderada por Marcelo Martins Moreno, el goleador de la eliminatoria con 10 tantos, no logró definir las pocas veces que pudo perforar la defensa brasileña.
Henry Vaca hizo lo que pudo por el equipo con varias jugadas desestabilizadoras, pero le faltó concretar en el estadio Hernando Siles, a 3.640 metros sobre el nivel del mar.
Al final de la primera mitad, cuando la seleçao menos manejaba el partido, llegó el gol: un centro casi accidental de Antony que se la dio en bandeja a Richarlison, el delantero del Everton apenas tuvo que empujarla.
Bolivia, como de costumbre, se desesperó frente a la adversidad.
Los anfitriones del estadio volvieron a la cancha con intenciones de revertir el resultado adverso del primer tiempo.
Y parecía que el intento daría fruto: con numerosas llegadas al arco de Alisson, el gol era inminente.
Pero finalmente, a pesar del desgaste físico, el poco oxígeno de la altura y la presión del dúo de Henry y Ramiro Vaca, los dirigidos por Tite resucitaron.
Fue Guimarães, del Newcastle, quien condecoró el partido, consecuencia de un robo fantástico de Paquetá que le permitió a ese Brasil apagado dar el knockout a la selección nacional.
Sobre los 30, una calesita de Gabriel Martinelli que por un pelo no entró al arco de Ruben Cordano pudo haber sido el gol de la temporada.
El tanto que le dio a la Canarinha el tercer 4-0 al hilo en lo que va de la eliminatoria fue también obra de Richarlison, que convirtió al final del primer y segundo tiempo.
Así, el seleccionado le dio una lección a su entrenador, que había sido objeto de críticas en Bolivia por juzgar “inhumano” el juego en la altura.
Y Farías terminó su gestión sin sorpresas: con una humillante derrota en casa, sin sacar provecho de esa condición, marchándose en silencio, sin atender a la prensa.
Farías y un adiós en medio de tristeza y enojo
El entrenador venezolano César Farías se despidió de la selección boliviana triste y enojado al no poder cumplir con su promesa de llevar a Bolivia al Mundial.
Tras finalizar el partido, Farías decidió reunir a los jugadores de la selección boliviana al centro del campo de juego, durante tres minutos se despidió del plantel y luego salió de la cancha en medio de una silbatina del público que incluso arrojó objetos hacia el entrenador.
A su salida del estadio, Farías dijo sentirse triste, pero esperanzado en que dejó algo a la selección boliviana a la que dirigió desde hace dos años.
“El fútbol tiene estas cosas crueles pero que uno sabía las decisiones que estamos tomando y los riesgos, pero los riesgos hay que asumirlos porque todo en la vida tiene riesgos y también sé que después que pase la tormenta viene la calma y se podrá analizar las poquitas cosas provechosas y eso es importante, no iniciar de cero”, dijo Farías a los medios que los estuvieron esperando.
“Hoy estoy seguro que muchos de ellos (jugadores) se dieron cuenta que pueden competir y sienten esa frustración porque pudieron competir y no pudieron conseguir el resultado, pero estoy seguro que van a buscar la forma de seguir creciendo”, agregó.
Farías dijo que se marcha tranquilo porque hizo buenos amigos en Bolivia, conoció a varios jugadores y no siente la necesidad pronta de dirigir a un equipo porque cuenta con otras actividades que le dan el sustento para poder vivir.
APUNTES
LÁGRIMAS
A la conclusión del partido jugadores, como Henry Vaca, comenzaron a llorar por la derrota y por el final de un ciclo sin gloria. En el centro del campo, César Farías y sus colaboradores se despidieron del equipo.
AFICIÓN
Con un cartel que llevaba impreso el escudo del club Real Madrid, un aficionado ubicado en el sector de preferencia pedía la camiseta al defensor brasileño Eder Militão:´Te vi jugar en Anoeta. Te vi jugar en el Bernabéu. Hoy te veo jugar en La Paz. Por favor, danos tu camiseta, escribió.
TAFFAREL
El arquero Claudio Taffarel (55 años de edad) volvió al estadio Siles, esta vez como entrenador de arqueros del seleccionado brasileño. En 1993 recibió los dos goles de la victoria de Bolivia (2-0) y en 1997 fue campeón de la Copa América.
ÁRBITRO
El árbitro Eber Aquino, de Paraguay, tuvo un partido sin complicaciones. Pese a algunos reclamos de parte de los jugadores sobre algunas jugadas puntuales, el resto del cotejo no tuvo errores polémicos o determinantes para definir el partido.
LA FIGURA
Pese a las amplias figuras que mostró Brasil, en Bolivia se destacó Henry Vaca, por su desempeño y velocidad; además tuvo su participación el jugador José Herrera, quien se mostró con buena personalidad, empero, fue sustituido por Yesit Martínez en el segundo tiempo.
ERWIN QUISPE PERCA