El pasado 25 de febrero se produjo una noticia de impacto en Brasil, más por el inesperado timing que por que sorprendiera. Era poco menos que un secreto a voces que Tite dejaría el cargo de seleccionador después de Qatar 2022, pero faltaba la confirmación. Y llegó en una charla con ‘Redaçao Sport TV’, de ‘Globo Esporte’. Semanas antes Juninho Paulista, coordinador de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), ya lo había deslizado en una entrevista en MARCA:”Sí, probablemente se vaya tras la Copa del Mundo”.
Aunque el foco principal apunta al objetivo de ganar el Mundial 2022, en la CBF han de ir trabajando paralelamente con vistas al futuro. Y los planes han tomado mayor cuerpo desde el aterrizaje de Ednaldo Rodrigues en el sillón de la presidencia del organismo a finales de marzo. Rodrigues se viene moviendo en distintas direcciones, una de ellas el próximo integrante del banquillo de la Canarinha, con un candidato indiscutible por encima del resto: Pep Guardiola. A través de miembros que aún no se han incorporado oficialmente a la nueva estructura de la Confederación, pero que salvo sorpresa lo harán, se trazó una estrategia que incluía reuniones para acercar lo que inicialmente parecía un sueño: el ‘sí’ de Guardiola. Porque pronto se puso en común que el elegido sería de fuera del país y, enseguida también, que la persona ideal sería el actual técnico del Manchester City.
La CBF no ha dudado, yendo con todo a por el ex del Barcelona y trasladándole sus intenciones a Pere Guardiola, hermano y representante de Pep. Con varias conversaciones de por medio y otras todavía por producirse, la oferta es de cuatro años, hasta el Mundial 2026. El sueldo propuesto ronda los 12 millones netos, una cantidad muy elevada pero aun así por debajo de los 20 que percibe en Mánchester. En la CBF la confianza es muy grande en que se pueda rematar la operación. Tras la renovación anunciada en noviembre de 2020, Guardiola tiene contrato en el Etihad hasta 2023. Por ello, una de las principales dudas es si saldría este verano o esperaría al siguiente. Pero en la Granja Comary, el cuartel general de Brasil, se ha vuelto imposible no ilusionarse.
EL DATO
25 de febrero es la fecha en que se encenieron las alarmas en Brasil, tras confirnar el fin del ciclo Tite tras el Mundial.
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