“El favorito para, no solamente llegar a la final, sino también lograr el título de campeón – sería el sexto en su historia plena de éxitos – es sin duda Brasil.
Tite ha podido ensamblar un conjunto de hombres dotados de riqueza técnica, poderío físico y jerarquía internacional.
La capacidad del entrenador para que el ego de cada uno de sus futbolistas esté al servicio del equipo ha sido hasta ahora notable.
Brasil mezcla, en proporciones similares, habilidad y destreza, virtudes con las que puede alcanzar momentos de juego exquisito, lujoso, y solidez táctica. Con mucha solidaridad y no poco esfuerzo cuando se trata de recuperar el balón: participan todos en la tarea, hasta el díscolo Neymar retrocediendo varios metros para unirse a esa labor defensiva.
Por eso Brasil es un equipo equilibrado en todas sus líneas, generoso y ofensivo, contundente y que también regala fantasía.
La radiografía es previa y anticipada, necesariamente, a la cita mundialista y cualquier cosa puede pasar, pero el gigante sudamericano cuenta con suficientes argumentos futbolísticos, recursos individuales y colectivos, para festejar después de veinte años un nuevo título del mundo”.