Bolívar perdió la oportunidad de alcanzar nuevamente la punta del torneo Clausura, tras empatar contra Wilstermann anoche, en el estadio Félix Capriles, en un compromiso envuelto en polémica, con agresiones físicas en la banca de alternos, expulsados y bajo nivel futbolístico.
No hay un norte. Bolívar aún no sabe de ganar y tal parece que se va complicando más en su afán de bicampeonato. Anoche, los «celestes» y «aviadores» firmaron una división de honores. Los goles de este encuentro vinieron por la ejecución de lanzamientos penales, siendo la única manera de salir adelante en este partido enredado y que tuvo poca visión de juego para librarse de la marcación.
Una falta brusca de Maximiliano Ortiz sobre Roberto Fernández dentro del área fue sancionada con penal, que Diego Bejarano cambió por el 1-0 a los 64 minutos. De esta manera, el elenco celeste compensaba la falta de definición que tuvo en el primer tiempo.
La tensión subió en los minutos finales del encuentro, traslada de la banca de alternos de estos equipos, cuyos delegados iniciaron una trifulca con empujones, insultos y amague de enfrentamientos.
A los 86´, Raúl Castro fue expulsado por propinar un cabezazo contra Leonel Justiniano en pleno reclamo por una falta de Bejarano sobre Serginho. El centro de tiro libre, originado por esta infracción, llegó al área y José Sagredo tocó la pelota con la mano de manera accidental.
Serginho colocó el empate a los 94′ con ejecución desde el punto penal. El partido concluyó sin vencedores ni vencidos y Bolívar dejó escapar una gran oportunidad de consolidarse como líder.
ERWIN QUISPE PERCA