Numerosos ciudadanos chinos forman largas colas delante de los establecimientos oficiales de venta para hacerse con uno de esos entrañables mamíferos de peluche. Y algunos están incluso dispuestos a pagar en el mercado negro mucho más del precio normal de 200 yuanes (28 euros/31 dólares).
Un éxito que el jefe del equipo de diseñadores detrás Bing Dwen Dwen, Cao Xue, no llegó a imaginar.
“Con la inauguración de los Juegos Olímpicos, evidentemente me esperaba que la gente lo comprase, pero no que llegase a ser tan popular de un día para otro. Se ha convertido en un fenómeno”.
“Guardamos uno como recuerdo para cada uno de los 14 diseñadores (…)”, bromea Cao Xue sobre su peluche.