En una declaración sin precedentes por un presidente norteamericano desde hace 40 años, y que Turquía ha condenado como un "grave error" que abre una "profunda herida" entre los dos aliados de la OTAN tras este acto de "oportunismo político".
"Cada año, en este día, recordamos las vidas de todos los que murieron en el genocidio armenio de la era otomana y volvemos a comprometernos a evitar que esa atrocidad vuelva a ocurrir", ha hecho saber en un comunicado emitido con motivo de la conmemoración hoy del Día del Recuerdo de Armenia.
La declaración tiene un alcance extraordinario porque el Gobierno turco se ha negado siempre a reconocer con esta denominación concreta las muertes de aproximadamente un millón y medio de armenios entre 1915 y 1916 a manos de los otomanos.
"Honramos su historia. Reconocemos su dolor. Afirmamos su historia. No repartimo culpa, pero queremos asegurarnos de que lo que ha ocurrido no vuelve a pasar", ha añadido el presidente norteamericano.
"El pueblo estadounidense honra a todos los armenios que murieron en el genocidio que comenzó hoy hace 106 años", reiteró el presidente estadounidense. "Mientras lloramos lo perdido, volvamos también nuestros ojos hacia el futuro, hacia el mundo que deseamos construir para nuestros hijos; un mundo sin mácula por los males cotidianos del fanatismo y la intolerancia, donde se respetan los derechos humanos y donde todas las personas pueden llevar su vida con dignidad y seguridad", ha añadido.
Ronald Reagan fue el último presidente de Estados Unidos que calificó las atrocidades cometidas contra los armenios como un genocidio, en 1981. No obstante, acabó dando marcha atrás tras recibir presiones de Turquía, ya como estado sucesor del Imperio Otomano.
La declaración de Biden se ha producido un día después de su primera llamada telefónica como presidente con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, en la que dio aviso previo de la declaración y utilizó la palabra "genocidio", según funcionarios familiarizados con la llamada a DPA.
Erdogan ya avisó el miércoles que su administración "continuará defendiendo las verdades frente a la mentira del 'genocidio de los armenios' y aquellos que respaldan esta calumnia con cálculos políticos", según la agencia estatal Anatolia.
Turquía ha sido un socio estratégico clave de Estados Unidos, al promover un puente hacia el mundo islámico y contrarrestando las ambiciones rusas. Pero la creciente fricción en una serie de cuestiones, incluida la mano cada vez más dura de Erdogan contra los opositores políticos y la prensa, ha llevado al líder de Turquía a buscar una relación más estrecha con Moscú.
TURQUÍA
La respuesta del Gobierno turco ha sido inmediata y ha acusado a Biden de hacer un ejercicio de populismo y de oportunismo político con esta declaración. "Las palabras no pueden ni cambiar ni reescribir la historia", declaró el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu.
"No tenemos nada que aprender de nadie sobre nuestro pasado. El oportunismo político es la mayor traición a la paz y la justicia", añadió en su cuenta de Twitter, donde ha acusado a Biden de hacer la declaración "basada solamente en el populismo".
En una declaración al margen, el Ministerio de Exteriores turco ha acusado a EEUU, aliado en la OTAN, de abrir "una herida profunda que socava nuestra confianza y amistad mutuas".
Según el Ministerio, el presidente de Estados Unidos ha cometido un "grave error", al seguir el camino dictado por "círculos armenios radicales y grupos anti-Turquía". (Europa Press)