Un triste adiós para una camada de futbolistas que llevaron al fútbol belga a las cotas más altas desde 2016, y para su seleccionador, el español Roberto Martínez, que anunció poco después de la eliminación que dejaba su puesto después de seis años pasados al frente de los Diablos Rojos.
Incapaces de clasificarse para octavos de final después de los partidos contra Canadá (victoria 1-0), Marruecos (derrota 2-0) y Croacia (0-0), los belgas se van de Catar como una de las grandes decepciones de este Mundial.
El equipo que había ocupado el primer puesto en la clasificación FIFA durante más de tres años, de 2019 hasta la pasada primavera boreal, había llegado a Catar sumido en dudas.
Romelu Lukaku, su delantero estrella y máximo goleador de la historia de la selección (68 goles), se recuperaba de una lesión en el muslo y, ante los croatas, perdonó tres ocasiones claras que habrían podido clasificar a su equipo.