Hoy, día nacional de Catar, dos de las tres estrellas del París Saint-Germain -Neymar fue eliminado en cuartos-, buque insignia del emirato en el fútbol de clubes, chocarán por el título supremo de selecciones, la fiesta perfecta para la organización del torneo.
En Doha a Messi le quedan 90 minutos para tocar el título que falta en su palmarés y recoger definitivamente el testigo de Diego Maradona, que en México-1986 descolgó la segunda estrella que aparece en el pecho de la Albiceleste.
Francia también peleará por la tercera. Renovar el título logrado hace cuatro años en Rusia la emparejaría además con el Brasil de Pelé, segundo y último equipo capaz de ganar dos Mundiales consecutivos, en 1958 y 1962.
Sería la perfecta continuación de un ciclo ganador iniciado con el título de 1998. Con la de hoy, habrá jugado cuatro finales de las últimas siete ediciones, con dos títulos y una derrota (2006), a la espera de lo que pase en la vasija dorada de Lusail.
Argentina y Francia repiten el duelo de octavos de Rusia-2018, en el que se impusieron los Bleus por 4-3 en uno de los mejores partidos del torneo.
En Catar sus trayectorias han sido opuestas. Francia destacó desde el primer día por su consistencia a pesar de que afrontó el torneo con una larga lista de bajas, entre ellas el Balón de Oro Karim Benzema, justo antes de comenzar.
La Albiceleste llega entusiasmada con una racha de 36 victorias y sufrió un patinazo ante Arabia Saudita (2-1) que le ha hecho disputar cinco ‘finales’ hasta llegar a la definitiva.
ERWIN QUISPE PERCA