Según FIFA, organizadora del certamen, el fútbol practicado por mujeres es la mayor oportunidad de crecimiento del balompié actual y sigue siendo una de sus principales prioridades. Aunque el juego ha crecido exponencialmente en todos los niveles, la pasión y la progresiva popularidad del deporte ofrecen un gran potencial sin explotar.

La FIFA está invirtiendo en financiación específica, recursos humanos y programas de desarrollo innovadores y personalizados para llevar el fútbol femenino a la corriente principal, donde pertenece.

Países de la Concacaf (fútbol centroamericano), han demostrado con creces la aseveración del máximo ente del fútbol mundial con la reciente ronda de repechaje en la que, la sorpresa la dieron los equipos de Haití y Panamá que eliminaron a los dos que estaban por Conmebol: Chile y Paraguay. Portugal fue el otro que obtuvo el cupo después de un sufrido partido ante Camerún.

Los grupos D, E y F eran los que tenían pendientes un rival a enfrentar en el Mundial. Haití quedó en el D, Portugal en el E y Panamá en el F.

Ahora solo resta disfrutar del espectáculo no solo deportivo, si no del intercambio cultural de los continentes que tendrán dos sedes de lujo que se vienen preparando con antelada previsión.

Australia tiene como sedes las ciudades de Sidney, Melbourne, Brisbane, Adelaida y Perth. Por su parte, Nueva Zelanda recibirá a las selecciones participantes en Auckland, Hamilton, Wellington y Dunedin.

Ya en 2020 fueron definidas estas sedes a través de criterios manejados por la FIFA en los que se tuvo presente aspectos comerciales, infraestructura, derechos humanos y sostenibilidad.

Australia y Nueva Zelanda ofrecen «muy buenas infraestructuras deportivas generales» y su proyecto comercial «parece el más favorable habida cuenta de los compromisos económicos de ambos gobiernos con relación a los costes operativos del torneo».

A partir de estas consideraciones, no solo se trabajó de manera ardua en la preparación netamente deportiva, también en el contexto de marca del evento, como la creación de carteles, mascota identificativa, hotelería, transporte, seguridad y otros para hacer atractivas las ofertas turísticas.

En el global económico se dice que este evento asciende a un costo de $us. 395 millones y además será el primer torneo con el nuevo modelo operativo, con una filial local, propiedad de la FIFA, lo que asegura la seriedad del manejo de fondos cuyo plus y ganancia irían a favorecer al desarrollo e incentivo del fútbol femenino en todas la naciones de escaso o inexistente estímulo.

Lo evidente es que nos encontramos a un tris de otro acontecimiento deportivo mundial y solo nos resta disfrutarlo.

Equipos arbitrales se preparan

La Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia y Nueva Zelanda 2023 promete ser un campeonato de puntos culminantes. El reciente torneo clasificatorio de repesca celebrado en Nueva Zelanda puso de relieve una vez más la creciente densidad y calidad del fútbol femenino en todos los rincones del planeta.

Mientras las jugadoras siguen preparándose para estar al 100% en la gran cita cuatrienal del próximo julio, los equipos arbitrales (con árbitras, árbitras asistentes, y miembros del equipo arbitral de vídeo de ambos sexos) también han estado trabajando juiciosamente en pos de un objetivo similar.

A tal efecto, Kari Seitz, directora del departamento de Arbitraje Femenino de la FIFA, viene trabajando incansablemente para garantizar que los equipos arbitrales de Australia y Nueva Zelanda 2023 tengan la mejor preparación posible.

Esta semana, tuvo lugar en Montevideo (Uruguay) otro hito clave con la celebración de un seminario preparatorio para los equipos arbitrales del Mundial Femenino de 2023 procedentes de las confederaciones de la CONCACAF y la CONMEBOL. Recientemente se habían organizado dos eventos similares para las árbitras y los árbitros asistentes de video de Europa, y para los de la AFC, CAF y OFC.

Seitz, que luce un currículum insuperable –tras haber arbitrado en cuatro Copas Mundiales Femeninas de la FIFA (1999, 2003, 2007 y 2011), y en cuatro Torneos Olímpicos de Fútbol Femenino (2004, 2008, 2012 y 2016)–, sabe mejor que nadie lo importante que es la preparación.

«Cada una de estas colegiadas ha apostado muy fuerte por ser una de las mejores árbitras del mundo, y en la FIFA siempre estamos intentando encontrar la manera de apoyarlas», afirmó Seitz. «Por eso, lo que hicimos fue contratar preparadores; instructores técnicos específicos. A cada árbitra se le asignó un instructor, y estos vieron sus partidos en casa».

«La mejor forma de continuar el proyecto es ver sus partidos de carácter nacional y ofrecerles la visión que necesitan para estar listas para el Mundial Femenino. No solo en el seminario, por ejemplo; no solo en un Mundial sub-20, sino todas las semanas. [Hay que] ofrecerles la información que necesitan porque, mañana, el Mundial estará aquí, y no podemos perder ni un momento para estar preparadas», añadió.

La variedad y profundidad de los contenidos ofrecidos durante el seminario de cuatro días en Montevideo fueron extraordinarias. Condición física, teoría, VAR y recuperación fueron solo algunos de los aspectos deportivos y extradeportivos de primera línea que se abarcaron.

Muchos de los equipos arbitrales participaron en el reciente torneo clasificatorio de repesca en Nueva Zelanda, y están listos para retornar a tierras oceánicas dentro de apenas cuatro meses. El campeonato de este año supondrá un incremento considerable de las horas de viaje y, por tanto, de los tiempos de recuperación, lo que añade una complejidad extra en comparación con Francia 2019.

«Lo que tenemos es un campeonato algo más complicado que el que tuvimos en Francia», admitió Seitz. «Tenemos dos países, dos continentes, cambios grandes de zona horaria… pero estamos preparadas para lidiar con todas estas cosas; las árbitras están preparadas para ello».

«El concepto general es el mismo; seguimos entrenando a las árbitras de la misma forma, pero tenemos que sacar tiempo y hacer concesiones por los desplazamientos y los cambios de hora. Aparte de eso, creemos plenamente que este será el mejor Mundial de la historia», subrayó.

En los dos últimos años se han vivido momentos históricos para las árbitras. El más llamativo se produjo en la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™, donde participaron seis árbitras, y una de ellas incluso formó parte del equipo arbitral para la final. Para Seitz, es una prueba de que los esfuerzos de la FIFA están dando frutos y, al mismo tiempo, proporcionando modelos a seguir para las nuevas generaciones.

«La FIFA está siendo un modelo a seguir de lo que es posible; y lo mismo ocurrirá este año en Australia y Nueva Zelanda, porque ahora van a verse a más mujeres todavía en el campo. Y ellas van a poder mostrar sus cualidades y, ojalá, motivar a niñas y niños para meterse en el arbitraje. Pero también a que vean sus cualidades; la calidad de estas árbitras y el trabajo que han dedicado a esto», observó.

«Ya sea fútbol femenino o masculino, hay mujeres árbitras en el fútbol, y son muy valiosas. El fútbol está creciendo. Simplemente necesitamos más gente de calidad. Basta con fijarse en sus cualidades; eso es todo lo que pedimos. Y estamos seguras de que las mostraremos en Australia y Nueva Zelanda», concluyó Seitz. (FIFA)

«La FIFA está siendo un modelo a seguir de lo que es posible”

GHILKA SANABRIA P.