Costa Rica, considerada la nación más estable de Centroamérica, incautó en 2020 la cifra récord de 71,2 toneladas de droga, avivando el temor de que se convierta en zona de operaciones para cárteles del narcotráfico. El año pasado la cocaína decomisada creció un 56 % respecto a 2019.
El director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Walter Espinoza, dijo en un video enviado a los medios que en la acción policial fueron allanados 40 inmuebles en cinco de las siete provincias costarricenses, valorados en unos 20 millones de dólares.
Los detenidos eran liderados por el costarricense Alejandro James, alias «Turesqui», que importaba la droga directamente desde Colombia sin intermediarios. El grupo tenía la particularidad de funcionar «como una verdadera empresa criminal», detalló Espinoza.
«Tiene (la organización) un segmento de carácter legal, un área de legitimación de capitales, otra área para actividades logísticas y otra que obtiene información de funcionarios públicos», explicó el funcionario.
La banda es acusada de haber transportado un cargamento de 3,3 toneladas de cocaína detectado en Marsella, Francia, en febrero de 2020, y otra partida de 1,8 toneladas requisada en Valencia, España.
Entre los capturados hay abogados, un exagente policial y tres funcionarios del OIJ que proveían datos al grupo delictivo. «El tema de corrupción vuelve a surgir», lamentó Espinoza.
El exfiscal costarricense de Crimen Organizado Osvaldo Henderson dijo a Reuters que el caso muestra que el país ya no es solo zona de tránsito de droga o dinero, sino que alberga bandas criminales que encuentran condiciones logísticas favorables para operar. (Reuters)