Según la ONU, especialmente en la localidad de Bakwakenge, donde han muerto 13 personas, decenas más han resultado heridas y casi 200 viviendas han sido incendiadas.
Este repunte ocurre en un momento en que la región convalece todavía de la explosión de violencia de hace cuatro años, que obligó al desplazamiento interno de 1,4 millones de congoleños y llevó a otros 35.000 a buscar refugio en Angola.
Es por ello que el portavoz de ACNUR, Babar Baloch, pidió ayer desde Ginebra que las autoridades congoleñas y todas las partes involucradas "renueven sus esfuerzos para restaurar la paz, desactivar las tensiones en Kasai e impedir otra ola de desplazamientos masivos en el país".
Las tensiones entre las dos comunidades llevan en aumento desde agosto de 2020. Los últimos ocho meses se han visto marcados por ataques y contraataques por la posesión del territorio que se han saldado con el desplazamiento forzado de 13.000 familias, unas 40.000 personas en total, por miedo a represalias.
El portavoz ha señalado que las agencias humanitarias de la ONU están visitando las zonas afectadas por el último repunte de la violencia. Los trabajadores humanitarios han atestiguado que la última remesa de desplazados no ha tenido tiempo ni siquiera para recoger sus pertenencias.
"La gente necesita refugio, comida y acceso a servicios médicos esenciales. La mayoría de los desplazados se han alojado en comunidades locales, que de por sí están lidiando con recursos limitados, mientras otros están durmiendo al aire libre", explicó el portavoz.
Ante esta situación, ACNUR entregó a los desplazados suministros de emergencia, incluidos lonas de plástico para refugio, mosquiteros, mantas, bidones y utensilios de cocina de la capital, Kinshasa, pero las necesidades superan los suministros para ayudar a 5.000 familias.
"Hacen falta con urgencia más recursos para ayudar a las personas desplazadas en la región", ha indicado el portavoz de ACNUR, antes de lamentar que la agencia apenas ha recibido "solo el 12 por ciento de los 170 millones de euros" solicitados para cubrir la emergencia humanitaria en un país, República Democrática del Congo, con cinco millones de desplazados. (Europa Press)