Desde la clasificación de Bolivia al mundial de Estados Unidos 94, el tema de jugar en la altura cobró aún más importancia a consecuencia de ese hecho histórico boliviano, al considerarse como determinante la “ventaja” deportiva que supone jugar a más de 3.000 msnm. Después de muchos debates y explicaciones científicas a favor y en contra sobre jugar en la altura, considerando que Bolivia no ha vuelto a clasificar a un mundial desde 1993, que en la última eliminatoria como local apenas obtuvo el 48% de los puntos posibles y cuatro derrotas en el Hernando Siles. Y que a nivel clubes es una proeza pasar de la fase de grupos en Copa Libertadores, cada vez parece más lejano el día que algún título internacional llegue a la vitrina de algún club nacional. A la fecha ni la FIFA, ni la CONMEBOL han determinado vetar la altura, y aunque parezca increíble, los discursos sobre la altura ya no provienen solamente de jugadores y entrenadores del resto de Sudamérica o de la cadena Fox Sports y ESPN, ahora también se habla de la altura dentro de nuestro territorio.
La División Profesional busca implementar un formato de campeonato que pueda “equilibrar” el rendimiento de los clubes y que pueda no resultarle “muy fácil” salir campeón a los clubes que juegan como local en ciudades que tienen altura. Por las estadísticas y los resultados podemos aseverar que la altura no es un factor determinante para lograr títulos y objetivos.
Que la altura puede condicionar en cierta manera a los clubes que no juegan habitualmente en estas circunstancias, es cierto, pero nos estaríamos enfocando en un solo factor como el responsable de no lograr los objetivos, cuando en realidad son muchos los factores que se deben tomar en cuenta y que tienen una incidencia igual o parecida a los factores por la altura.
Por encima de lo complejo que puede resultar jugar en La Paz, Oruro o Potosí, en realidad todos los clubes tienen que enfrentar circunstancias adversas cuando juegan un partido de fútbol, algunos van a la altura, otros al llano, se juega en lluvia o en un calor extremo, se jugará con niebla o con mucho frío, en lugares húmedos o muy secos, el campo de juego, la iluminación, etc, de alguna manera siempre tendrás que lidiar con estas circunstancias y elaborar un plan para que no sea imposible lograr tus objetivos. Limitar-además- y condicionar a los clubes que juegan en la altura con sistemas de campeonatos pensados en nivelar hacia abajo el fútbol boliviano no es la solución, todo lo contrario, se deberían proponer sistemas de campeonatos que ayuden a subir el nivel de competencia y exigencia. Hay factores que sí desequilibran el fútbol boliviano y marcan las diferencias como por ejemplo, una propuesta para detener la inflación en los sueldos de los jugadores, proponer límites salariales según los ingresos declarados y jurados por cada club, proponer un fair play financiero para fichajes y contrataciones con un techo presupuestario. Mientras seguimos con el mismo discurso de la altura dentro de nuestro fútbol, los de afuera ya entendieron y aprendieron cómo se debe jugar en La Paz, Oruro o Potosí, de hecho, los atletas se preparan para rendir al máximo en todas las condiciones adversas posibles incluyendo la altura.
Quienes se han propuesto afrontar la condición natural de la altura y se enfocaron en planificar sus métodos para minimizar esta “ventaja” deportiva, mal no les ha ido, han conseguido puntos importantes logrando empatar y ganar en la altura. Jugando en la “altura”, Brasil goleó a la selección boliviana en el último partido de eliminatorias, Bolívar no pudo clasificar a la fase de grupos de la Copa Libertadores, The Strongest no pudo pasar la fase de grupos de la Copa Libertadores y ahora juega la Copa Sudamericana.
DATO
ELIMINATORIA
Infortunada fue la que se jugó para Catar 2022, pese a que en algún momento se tuvo alguna chance de clasificar, se logró el 48 % de los puntos posibles.
MASSUR CUÉVAS