Hasta el 98 el Parque de los Príncipes tuvo el corazón encojido porque un tanto del sueco Alekxander Isak les dejaba en situación muy comprometida, al borde de la primera eliminación en fase de grupos de la era catarí, lo que comprometía el proyecto de Luis Enrique.
Pero el último suspiro, una mano silbada gracias al VAR cuando todo parecía perdido, les rescató ante un voluntarioso Newcastle, que ahora ve sus opciones de seguir pendientes de una carambola difícil. En poco tiempo, los ingleses pasaron de tener su destino en sus manos a depender de que el PSG pierda en Dortmund mientras ellos derrotan al Milan.