En encabezados por su presidente, Héctor Montes y la familia de Don ‘Chupita’, desde ayer y este miércoles se desarrolló un programa conmemorativo, tanto por el día del onomástico de Riveros y también para recordar los 54 años de la tragedia de Viloco (26-09-69).
Diferentes barras desarrollaron sus ofrendas que fueron desde el embaderamiento de domicilios, en diferentes zonas de La Paz, con la amarilla y negro; una misa y una fiesta.
El siguiente sábado, los jugadores del primer plantel, firmarán autógrafos en Achumani.
LA HISTORIA
“K’alatakaya (rompe la piedra) huarik’asaya (tiembla la vicuña)”, ¡hurra, hurra!; ¡Viva el Strongest!”, es el grito de guerra que Don Raúl “Chupa” Riveros, el hincha número uno del club The Strongest, dejó como legado y herencia a su hinchada.
Hace 17 años dejó de existir físicamente, murió el 26 de agosto de 2006, y desde entonces, los seguidores y fanáticos del “Tigre” tomaron su ejemplo de aliento casi vehemente al club de sus amores; empero, la figura de Don “Chupita”, jamás podrá ser reemplazada. Verlo en Recta o en la Curva Sur del Estadio “Hernando Siles”, vestido con una chamarra de paño color negro y amarillo, con un escudo y la imagen de un tigre en el pecho, además de un bordado dorado en la espalda, en el que se leía su nombre “hincha número uno”, es el estilo que él marcó para identificar a los seguidores stronguistas; empero, su demente aliento motivador que hacía “rugir” la tribuna, semejando a un tigre furioso en la jungla, es lo que ahora extraña la afición y añora la directiva y jugadores “gualdinegros”.
Aunque no salda la nostalgia que se deja sentir en los estadios paceños ante su ausencia, en justo homenaje a su figura, hoy se celebra el “Día del Hincha Stronguista” porque Don “Chupita” nació un 27 de septiembre de 1922 en el barrio paceño de Churubamba.
Amó a la “amarillo y negro” desde sus 13 años, cuando asistió por primera vez a un partido de su equipo, a los 15 años se hizo socio del club y se inscribió en el equipo de natación que representaba a The Strongest. Destacó también en fútbol y practicaba con mucha pasión el ciclismo en representación de la Carrera de Derecho de UMSA. Ganó muchas medallas en competencias como “La Cumbre”, que en esos tiempos se la efectuaba desde Obrajes hasta la ciudad de El Alto.
Sin embargo, lo que más destacó en su vida, fue el aliento que desde las tribunas le regaló toda su vida a The Strongest. El sobrenombre de “Chupa” lo llevó desde los 14 años. Él mismo contaba –muy entusiasmado- la anécdota que en una noche bohemia de La Paz acompañó a uno de sus primos a dar serenata a su enamorada. Cantaban un vals peruano (China Hereje) que decía: “Soy cantor, guitarrero y chupacaña”. Don Raúl memorizó la letra y la cantó al retornar de un viaje de los Yungas a La Paz, que realizó con sus compañeros de colegio cuando era boy scout. La risa fue total en el bus que traslada a esa delegación de adolescentes, y desde entonces, sus amigos comenzaron a llamarlo “Chupacaña”, denominativo que en voz popular se masificó como “Chupa”.
De quien The Strongest fuera su más grande amor, existe un busto hecho en bronce, que se encuentra en el complejo de Achumani y también el sentimiento de recordarlo con mucha simpatía y respeto cada 27 de septiembre. Don “Chupa” fue un fanático como pocos y se lo extraña. (GHILKA SANABRIA)