El estadounidense Cole Hocker dio una lección de pundonor, táctica y poderío físico para proclamarse campeón de 1.500 metros en el Estadio de Francia, en París, con 3:27.65, récord olímpico, en una carrera en la que uno de los grandes favoritos, el noruego Jakob Ingebrigtsen, se desfondó y quedó cuarto.
Hocker afrontó la final en París, en un estadio majestuoso abarrotado por casi 80.000 espectadores, con la sexta mejor marca personal de los doce participantes. Ambiente inmejorable para una de las grandes citas de los Juegos Olímpicos.
El estadounidense, que no entraba en ninguna quiniela para ganar, no se arrugó en una carrera plagada de estrellas en la que todas las miradas estaban puestas en el duelo de máxima rivalidad que mantienen, dentro y fuera de las pistas, Jakob Ingebrigtsen y el escocés Josh Kerr, que ya privó al noruego del título mundial de 1.500 el pasado año en Budapest.