Real Santa Cruz se dio el gusto de someter a los celestes por 3-1, con un aporte de dos goles de Limberg Gutiérrez Junior, aprovechando el descuido de Rubén Cordano y las recurrentes dubitaciones de la defensa.
Pese a este resultado, Bolívar comenzó abriendo el marcador con un derechazo de Gabriel Villamil a los 18 minutos. Luego, un lanzamiento de Lucas Chávez que se estrelló en la base del poste, cambió la suerte de los paceños.
Andree Navia consiguió el empate, empujando un centro que envió Fabricio Moreno, a los 38 minutos. En el complemento, Cordano perdió el control en una pelea con el delantero Guillermo Denis. El 2-1 fue un tiro libre de Limberg Gutiérrez, a los 59 minutos.
El tercer tanto para los albos fue de penal, ejecutado con éxito por Gutiérrez, a los 73 minutos, con un zurdazo potente y preciso.
Bolívar salió de este encuentro con el orgullo quebrantado; no solo porque no pudo hacer nada más; si no porque era la despedida de una campaña que fue de regular para abajo, especialmente por la inefectividad para anotar goles; carencia que le afectó severamente en la consecución de puntos.
La suerte de Bolívar cambió por no anotar, lo que lo hizo un equipo irregular y con resultados diversos pese a tener una plantilla conformada por grandes valores, además de un técnico de primera como fue Beñat San José.
Vladimir Soria y Wálter Flores, poco pudieron hacer, porque no tuvieron tiempo para más. Ahora solo queda que la Academia piense en la Copa “División Profesional”, que vendría a ser una especie de “premio consuelo”.
GHILKA SANABRIA