Aquel domingo 19 de septiembre de 1993 quedó grabado a fuego en todos los corazones futboleros de Bolivia. Esa tarde, en el estadio Monumental de Guayaquil igualó en un tanto con Ecuador y logró la ansiada clasificación para una Copa del Mundo. Ya había estado presente en dos Mundiales (1930 y 1950) pero en ambos como invitado, ya que las eliminatorias en Sudamérica se iniciaron para el certamen de 1954. Por eso tanta alegría y tanto merecido festejo tras aquel empate que le dio el pasaje a Estados Unidos.
En la previa, ese grupo B era por demás complejo para Bolivia, ya que debía compartirlo nada menos que con Brasil y Uruguay, las dos potencias que se suponía que corrían con ventaja para quedarse con las dos plazas que otorgaba la zona. Además de Ecuador, el otro integrante era Venezuela.
El entrenador era Xabier Azkargorta, quien hizo un excelente trabajo con un grupo fantástico de futbolistas, que sin duda están entre los mejores de la historia de su selección. El inicio fue con una goleada frente a Venezuela por 7-1 en Puerto Ordaz (Erwin Sánchez 3, Luis Ramallo 3, Luis Cristaldo). A continuación debía afrontar los cuatro encuentros como local en forma consecutiva, siendo consciente que esa era una de sus mayores fortalezas. Y así lo demostró.
En el inolvidable 25 de julio, venció a Brasil en el Hernando Siles ante más de 40.000 personas por 2-0 con las conquistas en los minutos finales de Marco Etcheverry y Álvaro Peña. En la jornada siguiente quedó libre y luego cayó el otro grande, Uruguay, en La Paz, en este caso por 3-1 (Erwin Sánchez, Marco Etcheverry, Milton Melgar). La primera rueda culminó con victoria por la mínima ante Ecuador con tanto de Luis Ramallo. Las posiciones mostraban a Bolivia puntero con 8, seguido de Brasil y Uruguay con 4, Ecuador 3 y Venezuela sin puntos.
Coronó su tarea perfecta como local al golear a Venezuela 7-0 en el inicio de las revanchas (Luis Ramallo, Milton Melgar 2, Marco Etcheverry 2, Erwin Sánchez, Marco Sandy). Llegaba el tiempo de jugar como visitante, pero con la considerable ventaja de llevarle 6 unidades a Uruguay, que estaba tercero. El 29 de agosto sufrió un duro golpe al caer 6-0 en Recife frente a Brasil, luego quedó libre y a la semana siguiente fue a Montevideo buscando el triunfo que le daba la clasificación y eliminaba a los “celestes”. Pero estos se impusieron por 2-1 (Enzo Francescoli, Daniel Fonseca – Luis Ramallo) dejando a ambos y Brasil igualados en 10 puntos.
Con la confianza intacta, Bolivia viajó a Ecuador sabiendo que si mantenía su idea de juego, lograría el objetivo, más allá de lo que ocurriera entre sus rivales que se enfrentaban en Sao Paulo. El histórico empate en uno con el inolvidable gol de Ramallo, desató el merecido festejo en todo un país que se sentía Mundial tras 44 años.
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