Esta divisa, que no tenía presencia en las reservas internacionales brasileñas en 2018, alcanzó ya el 5,3 por ciento, según un informe publicado el pasado 31 de marzo por el Banco Central brasileño.
China y Brasil llegaron a un acuerdo a principios de este año para establecer medidas que facilitasen el comercio y las inversiones bilaterales con sus respectivas divisas y reducir así el uso del dólar. La medida se da en un escenario de creciente influencia de la economía china y la internacionalización del yuan, destacó la secretaria de Asuntos Internacionales del ministerio de Hacienda brasileño, Tatiana Rosito.
China, que disputa la hegemonía económica con Estados Unidos y busca reducir la dependencia del dólar, tiene acuerdos similares con Rusia, y con Argentina en América Latina, entre otros.
Sin embargo, el dólar sigue siendo la principal moneda en las arcas brasileñas con un 80,4 por ciento. El euro pasó a representar el 4,7 por ciento.
«Cada país es soberano para tomar sus propias decisiones sobre sus relaciones con otros países, incluida China», dijo en una rueda de prensa el portavoz adjunto del Departamento de Estado norteamericano, Vedant Patel, al ser preguntado sobre el acuerdo. El funcionario añadió, no obstante, que el gigante suramericano es «un socio importante» para avanzar en las prioridades de Washington en el continente americano y en el resto del mundo.
El Banco Central de Brasil se propuso como objetivo aumentar su exposición al yuan y ampliar sus reservas de oro.
China es el principal socio comercial de Brasil. El comercio bilateral registró un récord de USD 150.500 millones en 2022, con exportaciones brasileñas por USD 89.700 millones.
Actualmente China es el principal comprador de mineral de hierro, soja, carne, azúcar y celulosa exportada por Brasil, según la agencia china de noticias Xinhua.
Brasil es también el principal destino de inversiones chinas en América Latina (48%), con USD 70.300 millones entre 2007 y 2020, según el Consejo Empresarial Brasil-China.
Lula da Silva, que dirigió ya la primera economía latinoamericana entre 2003 y 2010, busca romper el aislamiento internacional de Brasil que marcó el mandato de su predecesor, Jair Bolsonaro. Tenía agendado viajar a China en la última semana de marzo, pero la gira se suspendió por problemas de salud. (Infobae).