Pasó casi un año y medio desde aquel 24 de febrero de 2022, en el que Vladimir Putin dio luz verde al Ejército ruso para invadir a la vecina Ucrania. El resultado, al día de hoy, no es en absoluto lo que preveía el jefe del Kremlin, quien estimaba que en cuestión de semanas tendría el control de Kiev.
Hoy sus tropas están exhaustas, fracasaron en su intento de llegar a la capital, y por estos días hacen frente a una brutal contraofensiva de las fuerzas ucranianas para recuperar el terreno perdido. El presidente ruso sabe que para persistir en el poder necesita de una victoria. Por eso, en los últimos meses apeló a diferentes estrategias de último momento para reforzar a sus debilitadas fuerzas armadas. Unas fuerzas armadas que, además, cada vez están más alejadas de los mercenarios del Grupo Wagner, cuyo jefe, Yevgeny Prigozhin, ya no oculta sus diferencias y objeciones con el ministro de Defensa, Sergei Shoigu. En medio de este complejo panorama, el Gobierno ahora saca provecho de su alianza con Cuba para reclutar militares.
El mes pasado medios de la región de Kazán informaron que emigrantes cubanos empezaron a enrolarse en las filas del Ejército ruso. Según los reportes de la prensa local, los aspirantes buscan beneficiarse de la legislación promulgada por el Kremlin que permite a los extranjeros que prestan servicio militar la posibilidad de solicitar la ciudadanía rusa por la vía rápida. Una legislación que Putin se vio obligado a promover tras el masivo éxodo de jóvenes rusos por el decreto que firmó el jefe de Estado para obligar a los ciudadanos de entre 18 y 27 años a unirse al Ejército para luchar en Ucrania.
Además, siempre de acuerdo a los reportes locales, los ciudadanos extranjeros que hayan firmado un contrato con el Ejército recibirán un pago único de 195.000 rublos (2.419 dólares), y los residentes de la región de Ryazan, otros 200.000 (2.482 dólares) del presupuesto regional.
Quienes participen de la guerra en Ucrania, en tanto, tendrán derecho a pagos de 204.000 rublos (2.531 dólares) mensuales.
El medio Ryazan Vedomosti informó que a fines de mayo los cubanos fueron enviados a la zona de la operación militar especial, término con el que el Kremlin se refiere a la invasión a Ucrania.
La prensa rusa, incluso, citó al mayor Dmitry Zaitsev, jefe de la selección para el Servicio Militar, quien se refirió a estos casos. Según explicó, los envíos de reclutas se realizan diariamente y sostuvo que desde comienzos de año fueron trasladadas más de 450 personas. No obstante, no especificó cuántos cubanos forman parte de ese grupo.
Si bien reconoció que el pago es un buen incentivo para los movilizados, Zaitsev manifestó que la principal motivación para aquellos que deciden unirse al Ejército ruso para combatir en Ucrania es ayudar a la Madre Patria en tiempos difíciles.
“Los jóvenes expresaron su deseo de participar en el Nuevo Orden Mundial en el territorio de Ucrania. Vale la pena señalar que, después de eso, los residentes de Cuba podrán obtener la ciudadanía de la Federación Rusa”, agrega la información divulgada por los medios locales.
Pero la verdad detrás de este reclutamiento de soldados cubanos no estaría relacionada a un sentir de amor y fidelidad con la “Madre Patria” rusa, sino con una oscura y secreta alianza entre dos regímenes aliados.
La organización no gubernamental Prisoners Defenders aprovechó su informe mensual sobre la situación de los presos políticos en Cuba para advertir sobre esta cooperación militar entre Moscú y La Habana, que representaría una intervención directa de la dictadura de Miguel DíazCanel en la guerra en Ucrania.
La ONG que vela por los derechos humanos en la isla recordó que el régimen castrista desde el inicio de la invasión apoyó públicamente a la Rusia de Putin, y hasta alabó las ilegítimas anexiones del Donbás. Pero esa estrecha relación en los últimos meses se habría extendido con el envío de soldados cubanos para colaborar con las debilitadas tropas rusas.
“Con el fin de poner un broche a esta nueva alianza con Rusia, Cuba ya está enviando soldados a Ucrania”, afirma Prisoners Defenders en su reciente informe.
A mediados de mayo la agregada militar cubana, Mónica Gómez, firmó una serie de acuerdos con sus pares de Bielorrusia, país aliado de Putin que, incluso, alberga armas nucleares rusas en sus fronteras. El principal eje de esos acuerdos se centra, según lo informado por Minsk, en el entrenamiento del personal militar cubano en la República de Bielorrusia y el fomento de la cooperación militar entre los dos países.
“El ejército cubano es uno de los pocos en el mundo que quizás no necesite recibir formación de las tropas de Alexander Lukashenko, salvo si la formación tiene como fin entrar en combate usando el armamento moderno suministrado por Rusia”, señala el informe de la ONG, aunque reconoce que tiene toda la lógica en la situación actual y luego de que los propios medios rusos se hicieran eco de los militares cubanos enviados a luchar en Ucrania.
Pero Prisoners Defenders advirtió una particularidad: “Sólo hay que tener a mano la Ley de Cuba para saber que ningún militar cubano puede salir de la isla y entrar en dicho conflicto sin haber sido enviado por su gobierno con el pasaporte ‘oficial’. Es decir, son soldados ‘alquilados’ a Rusia por el gobierno de Cuba, pues de otra manera no pueden salir de la isla por Ley”.
El activista cubano-español Javier Larrondo es presidente de la ONG que tiene su sede en Madrid. En diálogo con Infobae se refirió a este reclutamiento de soldados cubanos y explicó por qué no se trata de un simple enrolamiento voluntario como informaron diversos medios rusos.
“El envío de mercenarios al conflicto de Ucrania no lo vamos a ver oficializado ni reconocido por Cuba, porque en el momento en que eso se oficialice para Cuba significaría la ruptura de relaciones con un montón de países”, afirmó.
Según explicó, la ley cubana indica que un militar no puede salir de la isla “si no tiene el permiso explícito de sus superiores”: “Entonces, ¿qué hacen unos cubanos jóvenes, militares, alistándose si en teoría no podrían salir de Cuba? Segundo: ¿quién les paga el pasaje? ¿Cómo esos militares que cobran 50 dólares de repente van a pagar un pasaje de 1500 dólares? Deberían vender sus casas para ir a combatir a Ucrania”.
Aunque Larrondo aclaró que hay poca información sobre los detalles de este oscuro acuerdo, señaló que, según las experiencias con otras misiones enviadas por Cuba al exterior, “se deduce que firmó con Rusia un acuerdo a través del cual le envía mercenarios por 2.000 dólares, de los cuales el Gobierno se quedará con el 75 al 95% de esos salarios”.
“Es una apuesta deductiva, pero con el conocimiento de las leyes cubanas, y sabiendo la realidad, tras la formación de militares cubanos en Bielorrusia y el hecho de que no haya gente de clase media que pueda sacar un pasaje y hotel a Rusia para ir a luchar a Ucrania porque quiere matar ucranianos”, apuntó.
“Ese mercenarismo se lo tenemos que atribuir al que acepta esa operación, que es el Gobierno”, añadió.
Comentó, por su parte, que los jóvenes soldados cubanos no tienen derecho a rechazar unirse a las fuerzas rusas: “Son militares, no tienen forma de negarse a ir. Si se niegan o hablan, tienen represalias ellos y sus familias. Las represalias son ejemplarizantes para todo el Ejército. Hacen que el resto de sus compañeros vean lo que hace el régimen cuando alguno incumple las normas internas”.
Larrondo reconoció que tiene sentido que los militares cubanos reciban formación previamente en Bielorrusia: “Ellos manejan la tipología de armamento que se está usando en la guerra de Ucrania. Tiene sentido que en vez de mover toda esa maquinaria a Cuba, los llevan a Bielorrusia para formarlos para tenerlos listos para ir a la guerra”.
El activista y presidente de Prisoners Defenders dijo que es un tema muy delicado y muy reciente, por lo que los países se muestran muy cautos. Sin embargo, instó a la comunidad internacional, en particular a la Unión Europea, a seguir con atención esta presunta participación del régimen cubano en la guerra en Ucrania: “Así actúa el régimen en todos los ámbitos. Hay que saber leer cómo se manejan, hay que leer entre líneas”.
Durante la época soviética muchos cubanos estudiaron en Rusia, y algunos se establecieron allí. Además, los cubanos tienen exención de visa, por lo que Rusia se convirtió en uno de los principales destinos para los que buscaban emigrar. Pero no cualquiera podía, ni puede costearse siquiera un pasaje a Moscú con los salarios de la isla. Desde que salieron los primeros reportes sobre este tema, en redes sociales muchas personas advirtieron que los que emigraron son, en su gran mayoría, los que tenían recursos. Señalaron que por más que sea complicado obtener un estatus legal en la nación euroasiática, es difícil imaginar que jóvenes cubanos o de cualquier nacionalidad decidan arriesgar sus vidas luchando una guerra para otro país por un simple documento y un salario del cual se beneficiarían con un muy bajo porcentaje para que el resto vaya a las arcas del Estado. (Infobae).