Antes de los enfrentamientos entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), los expertos estimaban en casi nueve millones los menores necesitados de ayuda, “una situación que ya era terrible” y que ha empeorado desde mediados de abril, con servicios básicos cortados y un gran número de instalaciones sanitarias dañadas o directamente inutilizables.
Unicef, que aspira atender a la población afectada por el conflicto tanto dentro como fuera de Sudán, estima que más de la mitad de los desplazados y refugiados por el conflicto son niños.
Khodr subrayó que «los niños y niñas de Sudán merecen una oportunidad de sobrevivir y prosperar», lo que pasa a su juicio por «no escatimar esfuerzos», en un mensaje tanto a las partes como a la comunidad internacional. La petición de fondos aumentó en 253 millones de dólares (más de 236 millones de euros) para satisfacer las necesidades adicionales derivadas de la escalada de la violencia. (Europa Press).