Asimismo, Museveni anunció que dos comandantes de la base serán sometidos a un tribunal de guerra por ordenar la retirada de sus fuerzas durante la ofensiva.
«Nuestros soldados demostraron una resistencia notable y se reorganizaron, lo que resultó en la reconquista de la base. Hemos descubierto los cuerpos sin vida de 54 soldados, incluido un comandante», comunicó Museveni en su cuenta de Twitter sobre el ataque lanzado por los yihadistas el pasado 26 de mayo contra la base de Bula-Mare, en el centro del país y a 300 kilómetros al norte de Kismayo, la tercera ciudad más grande de Somalia.
El presidente aprovechó para confirmar, como ya anunciará el Ejército ugandés a mediados de semana, que la base ya fue recuperada por las fuerzas de la Unión Africana.
Uganda no había dado a conocer hasta ahora cifras de víctimas a la espera del fin de una investigación oficial. Al Shabaab había cifrado los fallecidos inicialmente en 137 militares, pero la organización es conocida por inflar sus cifras por motivos propagandísticos.
Cabe recordar que Somalia es ahora mismo el escenario de la guerra total declarada por su presidente, Hasán Sheij Mohamud, contra la organización terrorista, una de las más violentas del continente africano, en una campaña en la que el Ejército somalí cuenta con la ayuda de los países de la región, así como de EEUU.
En su primera reacción al ataque, el pasado fin de semana, Museveni confirmó que fueron al menos 800 milicianos de Al Shabaab los implicados en el asalto a la base, un ataque tan grande que provocó que algunos militares no desempeñaran su labor como se esperaba de ellos y entraran en pánico.
“Este caos, según el mandatario, generó una desorganización de la que se aprovechó Al Shabaab para apoderarse de la base y destruir parte del equipo», añadió el presidente ugandés, antes de indicar que muchos militares decidieron escapar a otra base avanzada situada a unos nueve kilómetros de distancia.
Museveni lamentó que todo este pánico era totalmente innecesario dado que las fuerzas de la base consiguieron repeler la fase inicial del ataque protagonizada, como es habitual en el caso de Al Shabaab, por una unidad de terroristas suicidas.
«Nuestros militares habían conseguido destruir tres vehículos cargados con explosivos antes de que entraran en la base avanzada. Estos terroristas suicidas, o lo que sea, acabaron obligados a hacer estallar sus explosivos antes de entrar», indicó.
En su mensaje el presidente identificó a dos comandantes, el mayor Oluka y el mayor Obbo quienes ordenaron a los soldados retirarse, en un acto de negligencia, a juicio del mandatario que informó de su detención y de la presentación de cargos contra ambos en un tribunal de guerra. (Europa Press).