El subjefe del Departamento de Policía Metropolitana de Louisville, Paul Humphrey, dijo a los periodistas que los agentes que llegaron al lugar se encontraron con disparos activos que seguían produciéndose dentro del local en ese momento.
Los agentes intercambiaron disparos con el tirador, que parecía ser un antiguo empleado del banco, pero no estaba claro cómo murió.
“No sabemos exactamente las circunstancias de su muerte en ese momento”, dijo Humphrey.
La policía inicialmente había informado de cinco muertos, pero luego bajó el balance a cuatro. Humphrey dijo que al menos ocho personas estaban siendo tratadas por heridas, entre ellas dos agentes de policía. Un agente y otro de los heridos se encontraban en estado crítico.
El tiroteo se produjo en un edificio de East Main Street que alberga el Old National Bank. Se encuentra no lejos de Louisville Slugger Field, el campo de béisbol del equipo local, los Louisville Bats, una de las zonas más concurridas de esta ciudad situada en la frontera de Kentucky con Indiana y en la que viven unas 630.000 personas.
Testigos que salieron del edificio dijeron que escucharon disparos dentro del edificio.
“Por favor, recen por todas las familias afectadas y por la ciudad de Louisville”, dijo Beshear.
El alcalde de la ciudad, Craig Greenberg, solicitó a los ciudadanos que se mantengan alejados de esta zona.
El FBI dijo que sus agentes también estaban respondiendo al tiroteo.
En lo que va del año se produjo 146 tiroteos masivos definidos como incidentes en los que cuatro o más personas fueron baleados o asesinadas, según datos del Gun Violence Archive.
Además hubo 90 tiroteos escolares definidos como cualquier incidente en el que se descarga un arma en la propiedad de la escuela en Estados Unidos en 2023, según la Base de Datos de Tiroteos en Escuelas K-12, un sitio web fundado por el investigador David Riedman. El último fue a finales de marzo en una escuela de Nashville, Tennessee.
Los llamamientos de Biden para que el Congreso restablezca la prohibición nacional de los fusiles de asalto, que existió entre 1994 y 2004, se chocó con la oposición de los republicanos, defensores acérrimos del derecho constitucional a portar armas y que cuentan con una estrecha mayoría en la Cámara de Representantes desde enero.
El estancamiento en Washington se produjo a pesar de la indignación pública por masacres de alto perfil como la de la escuela primaria Sandy Hook en Connecticut en 2012, cuando murieron 26 personas, entre ellas 20 niños.
El asesinato en 2018 de 14 estudiantes y tres miembros del personal en Parkland, Florida, impulsó un movimiento nacional, liderado por jóvenes, para exigir controles de armas más estrictos, pero no logró impulsar una acción significativa en el Congreso. (Infobae)