Mediante su blog personal, el exmandatario sostuvo que, en 2024 las pugnas al interior del partido de Gobierno se agudizarán sin poder adelantar un desenlace a un conflicto caracterizado por la mezquindad y los intereses de las dos facciones que se disputan más espacios de poder.
“Prescindiendo de sus responsabilidades con el país, Arce y Morales comandan dos facciones del MAS, esgrimiendo una sola razón, el ansia de retomar o mantener el poder personal. Nada ya que los ate a principios, valores, propuestas y horizonte de país, todo en el rango de la mezquindad individual”, sostuvo.
En criterio de Mesa, la próxima gestión también será un momento decisivo para la oposición, donde uno de los objetivos debe ser el lograr consolidar una alternativa al Movimiento al Socialismo, misma que permita derrotar en las urnas a un partido desgastado.
“El objetivo es terminar electoralmente con el ya agotado gobierno masista. Pero eso no es suficiente. Se requiere una propuesta alternativa renovadora y coherente, que pase por una respuesta seria para recuperar la democracia que se está cayendo en pedazos, como la que hicimos en 2019 y 2020, pero adecuada a los grandes desafíos de 2025”, señaló.
Afirmó además que, este nuevo contexto requiere de trabajo para garantizar la independencia de poderes, la institucionalidad y el respeto a los DDHH. Asimismo, lograr solidez macroeconómica, encontrar respuestas en la diversificación, basar el crecimiento y el desarrollo en el respeto ambiental y en un cambio de matriz productiva con un giro en la producción y consumo energético.
En ese sentido, apuntó que legítima búsqueda de una candidatura única de oposición debe promoverse cuando esté claro el escenario de las personalidades y organizaciones con opciones reales de lograr el voto mayoritario de la ciudadanía, escenario que aún no ha cuajado y se espera que 2024 sea el año de una clarificación del panorama.
Analizando la actual coyuntura, Mesa sostuvo que existe una evidencia cada vez más abrumadora sobre el fracaso del proceso político iniciado en 2006, esto permite vislumbrar que el 2024 tendrá dos ingredientes dominantes: la economía y la electoralización.
“El ‘modelo’ económico del que se jacta el exministro Luis Arce, es un espejismo, el que le dieron al país los precios internacionales siderales de nuestras materias primas, muy especialmente el gas. La falsa nacionalización de Morales el 2006, apoyada en la errada Ley de Hidrocarburos promulgada el 2005, mostró que la lógica de ‘pan para hoy, hambre para mañana’ termina siempre desnudando la verdad. Impuestos desmesurados y ciegos condujeron al agotamiento de nuestras reservas sobre explotadas y no repuestas. La caída vertiginosa de la producción condujo a la prematura suspensión del contrato con Argentina, la disminución de volúmenes a Brasil y el riesgo próximo de problemas para el abastecimiento interno”.
En ese contexto, el esfuerzo del Gobierno para que el “puente” de la estabilidad se alargue como un elástico hasta noviembre de 2025, parece cada vez más complicado. El señuelo del litio no es respuesta suficiente, porque no comenzará a funcionar como producción significativa hasta dentro de por lo menos cuatro años, y porque los ingresos potenciales no son equivalentes a las divisas que recibimos por el gas, sobre todo porque el IDH, clave para la regiones, no tendrá equivalente en el litio y sus regalías sustancialmente menores por la naturaleza del proceso extractivo y el menor retorno que implica para quien hace la inversión.