Por su sencillez, por su durabilidad y, sobre todo, por la seguridad que ofrecen. A pesar que a muchos les parezca mentira, los teléfonos básicos, sin conexión a internet, tienen su público. Y basta algún que otro dato para comprobarlo: casi 500 millones de "dumbphones" (del inglés, "teléfonos tontos") se vendieron en el mundo en 2016, según datos de la consultora IDC. Teniendo en cuenta que el pasado año las ventas mundiales de "smartphones" alcanzaron los 1.495 millones, tal y como indica la firma especializada CCS Insight, no es descabellado que hasta Nokia se planteé "revivir" al mítico 3310.
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