La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ratificó ayer el mensaje de advertencia a China, asegurando que cualquier suministro de armas a Rusia en el contexto de la guerra de Ucrania sería un error histórico con graves consecuencias para Pekín.
En rueda de prensa tras la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN con representantes de Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda, el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, aseguró que el envío a Rusia de material militar letal en el contexto de la guerra en Ucrania, tendrá graves consecuencias y sin querer detallar la respuesta que daría la OTAN, señaló que varios aliados ya expresaron esta advertencia y que las autoridades chinas saben las implicaciones que tendría este paso.
Stoltenberg explicó, eso sí, que la alianza atlántica no tiene hasta ahora confirmación de que Pekín haya entregado armas a Moscú para su campaña militar en Ucrania, pero indicó que sigue de cerca la situación.
En este sentido, reiteró los recelos hacia el papel de China recordando que Pekín no condenó la invasión de Ucrania, apoya a la economía rusa frente a las sanciones internacionales y que el presidente chino, Xi Jinping, y el presidente ruso, Vladimir Putin, firmaron un acuerdo de amistad sin límites semanas antes de que Moscú lanzara el ataque contra el país vecino.
En el día en el que la OTAN se reunió con sus socios en el área del pacífico, el ex primer ministro noruego insistió en las repercusiones globales de la guerra rusa en Ucrania y defendió la unidad de la OTAN y la relación con socios afines frente a la presión que someten Moscú y Pekín contra el orden mundial.
Los socios asiáticos y oceánicos de la OTAN comparten la preocupación por el papel internacional de China y al igual que los aliados, ven con recelo aspectos del modelo chino como la inversión militar, la represión de minorías, la situación del mar del sur de la China o el uso de medios sociales para la vigilancia de su ciudadanía.
Luego de que los líderes de estos asiáticos y oceánicos participan en la cumbre de Madrid del pasado verano, la OTAN ha vuelto a extender la invitación para la reunión de Vilnia del próximo julio. La organización militar ya señaló a China como un desafío en su concepto estratégico de 2022.
Este mensaje llega en medio del carrusel de viajes de líderes a China para tratar la cuestión de Ucrania, con la propuesta de doce principios de Pekín para poner fin al conflicto que la Alianza Atlántica critica como «equidistante» y lamenta que no tiene en cuenta las demandas de Ucrania.
En la reunión de los aliados participó el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, que solicitó que el bloque europeo mantenga una «relación constructiva» con China para abordar desafíos globales, como la cuestión climática.
«La UE se comprometió a mantener una relación constructiva con China para resolver retos mundiales. Necesitamos a China para resolver los desafíos globales, y queremos desarrollar un enfoque constructivo con China», ha asegurado, como contrapunto a las reticencias expresadas por la OTAN. (Europa Press)