El poderoso terremoto que sacudió Marruecos, dejó al menos 2.012 muertos y más de 1.000 heridos, según un nuevo informe oficial publicado ayer por el Ministerio del Interior.
El epicentro se registró en la localidad de Ighil, situada 63 kilómetros al suroeste de la ciudad de Marrakech, a una profundidad de 8 kilómetros.
Entre los heridos, varios se encuentran en estado grave, según las autoridades, quienes añadieron que el movimiento telúrico provocó el derrumbe de varios edificios, sobre todo en las provincias y municipios de al Hauz, Tarudant, Chichaoua, Uarzazate y Marrakech.
De acuerdo con el boletín de alerta sísmica difundido por el Instituto Nacional de Geofísica marroquí, el movimiento se produjo a las 23:11 hora local y tuvo su epicentro en la localidad de Ighil, situada 63 kilómetros al suroeste de la ciudad de Marrakech.
Los heridos, de diversa gravedad, fueron trasladados a centros hospitalarios, indica el ministerio, que añade que también hubo daños materiales en zonas no habitadas.
Según la cartera de Interior, que llama a los ciudadanos a mantener la calma, se movilizaron las fuerzas de seguridad y de protección civil de todas las prefecturas provincias afectadas, así como los medios necesarios para intervenir y evaluar los daños.
En declaraciones a Hesvpress, el jefe de división del Instituto marroquí explicó que se han producido cientos de réplicas, pero la mayoría de ellas no se han sentido.
Citando fuentes médicas, la web informativa Médias24 dijo que se había producido «una afluencia masiva» de heridos en los hospitales de Marrakech.
Según testigos, el temblor se sintió en localidades norteñas como Larache, a 550 kilómetros del epicentro, así como en Casablanca y Rabat, a 300 y 370 kilómetros, respectivamente, donde sus habitantes salieron a las calles en prevención de un posible segundo temblor.
El sistema Pager del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), que ofrece evaluaciones preliminares sobre el impacto de los terremotos, emitió una alerta naranja por pérdidas económicas al estimar que es probable que se produzcan daños significativos.
Sofía Catalá, una española residente en el centro de Marrakech, explicó que durante el terremoto «se empezó a mover el suelo como en un bombardeo». «Pensaba que se caía el edificio, ahora está todo el mundo en la calle en pijama», añadió.
Minutos después del sismo, Catalá indicó que, ante las sacudidas, todos los vecinos de su edificio salieron a la calle víctimas del pánico y varios objetos cayeron de los balcones, pero añadió que ella no vio ningún edificio a su alrededor con daños importantes.
Marruecos experimenta terremotos con frecuencia en su región septentrional, debido a su posición entre las placas africana y euroasiática.
En 2004, al menos 628 personas murieron y 926 resultaron heridas cuando un terremoto golpeó Alhucemas, al noreste del país.
En 1980, el terremoto en El Asnam de magnitud 7,3 en la vecina Argelia fue uno de los sismos más destructivos de la historia contemporánea. Dejó un saldo de 2.500 fallecidos y al menos 300.000 personas sin hogar. (Infobae/Efe/AFP).