La colisión múltiple de tres trenes ocurrida en el estado indio de Odisha, en el este del país, convertido en la peor tragedia ferroviaria en más de dos décadas en India al arrojar 288 muertos y 803 heridos, de ellos 650 hospitalizados, de acuerdo con el último balance oficial dado a conocer ayer por el servicio de Ferrocarriles del país.
Los servicios de Emergencia continúan centrándose principalmente en las tareas de recuperación de los entre 50 y 60 cadáveres, temen fuentes del Ejército indio en comentarios bajo condición de anonimato al ‘Hindustan Times’, que todavía quedan debajo de los restos de los 17 vagones despedazados en las vías.
De acuerdo con las imágenes captadas por el centro de control de Jaragpur, el siniestro comenzó cuando el expreso de Coromandel se salió de la vía principal, presumiblemente por un error humano, y acabó tomando una línea circular hasta que acabó colisionando a 127 kilómetros por hora con un tren de mercancías aproximadamente a las 18.55 de la tarde, hora local.
Como consecuencia del impacto, el expreso acabó repartido en la vía principal y fue allí donde fue registrada la segunda colisión, protagonizada por un tercer tren, el expreso de Yashwantnagar. A bordo de los dos expresos viajaban unos 2.200 pasajeros.
Otra línea de investigación apunta a la posibilidad de que el súbito cambio de vía se debiera a la activación de una señal de desplazamiento, de acuerdo con otro informe presentado por cuatro técnicos del servicio de ferrocarriles. Las autoridades, sin embargo, son cautelosas a la hora de describir esta hipótesis como un fallo técnico porque la vía en cuestión no está protegida por el mecanismo automático anticolisión Kavach, que detiene un tren automáticamente si otro se encuentra en la misma vía, por lo que siguen sin descartar el factor humano.
«Cómo ocurrió y por qué es algo que se sabrá tras una investigación exhaustiva pero, de buenas a primeras, parece tratarse de una falla humana», hiso saber un responsable de Ferrocarriles bajo condición de anonimato a la cadena NDTV.
En medio de una ola de condolencias nacionales e internacionales, el primer ministro de India, Narendra Modi, se encuentra en el lugar del siniestro para evaluar de primera mano la situación tras una reunión mantenida con su gabinete de crisis. Al poco de poner el pie en tierra y tras visitar a algunos hospitalizados, el mandatario ha prometido una investigación exhaustiva para depurar responsabilidades.
«Se trata de un incidente doloroso. Este gobierno va a mover cielo y tierra para asistir a los heridos. Estamos ante una situación muy grave y ordené instrucciones inmediatas para que la investigación cubra los ángulos», anunció el primer ministro.
Modi, a continuación prometió que los culpables serán rigurosamente castigados en sus primeras declaraciones tras su visita inicial al hospital de distrito de Balasore, uno de los primeros centros de atención inmediata.
Entre tanto los equipos de rescate enviados por las autoridades del país indio, continúan con el rescate de los fallecidos y heridos, que se presume que todavía puede subir el número en ambos casos de heridos y fallecidos. (Europa Press).