De acuerdo a la información el número de desaparecidos se mantiene en 10 debido a que las autoridades forenses aún intentan determinar si los cuerpos adicionales corresponden a los desaparecidos.
El personal de emergencias aún no pudo tener acceso total al edificio en donde se registró la explosión.
El último boletín oficial, divulgado el martes en la tarde, daba cuenta de 11 muertos y 59 heridos, de los cuales 37 permanecían en centros de salud.
La explosión ocurrió en esta ciudad ubicada a 24 km de la capital Santo Domingo. En el lugar funcionaba una ferretería y una fábrica de plásticos, donde se cree se originó el siniestro, aunque hasta ahora las autoridades no develaron ninguna hipótesis.
Ese estallido y los posteriores focos de incendio desatados afectaron nueve edificaciones y destruyeron parcialmente otras cuatro.
El presidente dominicano, Luis Abinader, asistió a una misa en honor a las víctimas y se reunió luego con los equipos de emergencia y de su gobierno.
La zona fue militarizada y el perímetro de seguridad ampliado, según la prensa local. No se estableció cómo se originó la detonación, que afectó múltiples negocios.
San Cristóbal es la cuarta provincia más poblada de Dominicana, con 688.828 de los 10,7 millones de habitantes del país.
Estéfani Alcántara relató que su familia estaba de compras cuando ocurrió la explosión. Su tío de 42 años está hospitalizado con heridas graves y su tía sigue desaparecida.
Entre las víctimas había un bebé de 4 meses que murió por traumatismo craneoencefálico y una mujer que trabajaba en un banco, según las autoridades.
José Ramón Ramírez Rivera, dueño de una clínica veterinaria local, dijo a los periodistas que uno de sus 15 empleados sigue desaparecido.
Juan Jiménez, un agricultor que vive a varios kilómetros de distancia, dijo que al principio pensó que se trataba de truenos, dadas las tormentas habituales que se producen en agosto. Ahora espera información sobre su prima, una profesora de 31 años que continúa desaparecida. (Infobae/Afp/Ap)