Decenas de integrantes de la comunidad indígena que llegaron a Bogotá en apoyo al gobierno el 29 de septiembre irrumpieron por una hora en el edificio que alberga a Semana y a otras compañías. Los manifestantes hirieron a un guardia de seguridad, rompieron vidrios, amedrentaron a las personas que se encontraban en las instalaciones y repudiaron la línea editorial del medio. La Policía llegó al lugar y contuvo el ataque.
Michael Greenspon, presidente de la SIP y director global de Licencias e Innovación de Impresión de The New York Times, dijo que “este acto de vandalismo es un ataque contra la libertad de prensa” y que “ni los instigadores ni los violentos deben quedar en la impunidad”.
Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa y director periodístico de La Voz del Interior, de Argentina, dijo que, si bien “el derecho a protestar es parte del ejercicio de la libertad de expresión en una democracia, debe aplicarse la ley con severidad contra los ataques violentos, ya que de lo contrario esas acciones pueden ser reproducidas por otros grupos y sectores”.
Vicky Dávila, directora de Semana, expresó en la red social X que los ataques son el reflejo de la estigmatización del presidente Gustavo Petro y algunos miembros de su gobierno en contra del medio.
La SIP es una organización sin fines de lucro dedicada a defender y promover la libertad de prensa y expresión en las Américas. Está integrada por más de 1.300 publicaciones del hemisferio occidental; y tiene su sede en Miami, Florida, Estados Unidos.