Después de conocerse los hechos de corrupción perpetrados por efectivos policiales, el coronel en servicio pasivo del Ejército y abogado, Jorge Santistevan, manifestó a EL DIARIO que la institución del verde olivo ha sido tomada por la clase política y “algunos delincuentes” infiltrados, por falta de control en la admisión a la Academia Nacional de la Policía (Anapol) y una mala interpretación de compañerismo.

Santistevan aclaró que la Policía fue cooptada por los políticos de turno y algunos malos profesionales que se favorecen ante la falta de institucionalidad, logrando penetrar al seno de la institución del verde olivo para delinquir.

“Estamos viendo que organizaciones criminales tienen nexos y además algunos se organizan dentro del seno de la Policía, por ejemplo, los policías de Warnes que estaban involucrados en delitos de robo de motos a mototaxistas. Vemos que algunos policías están bien organizados para delinquir en otras guarniciones donde hacen volteos o robos a mano armada, es el caso de la teniente que está en Palmasola porque lideró una banda de asaltantes en la Doble vía La Guardia, a un empresario al que le robaron 50 mil bolivianos”, aseveró.

En ese marco dijo que se advierte que existen “delincuentes infiltrados en la Policía, por la falta de institucionalidad, al no contar con jefes y oficiales que el mando reconozca por sus méritos profesionales para asignarles cargos y ascensos, según su carrera profesional. También se debe a la falta de control en la admisión a la Academia Nacional de Policías y las unidades policiales departamentales de formación.

Como está politizada la Policía, hoy, quién llega con un aval político, supera en “méritos” al que hace carrera honrosamente; el Movimiento al Socialismo (MAS) con algunos dirigentes de las denominadas organizaciones sociales están haciendo daño a la Policía y los malos policías están dañando la imagen que debe tener la Policía”.

Recomendó desarticular las bandas delincuenciales de la Policía a través de la Dirección Departamental de Investigación Policial Interna (Didipi), empero estas reparticiones deben estar manejadas por buenas autoridades que procesen en base a las normas y no en función a prebendas o sobornos. Hay algunos que con procesos graves no son retirados o por el contrario son reincorporados. “Debemos estar siempre velando por la defensa de la Policía, apoyar a los buenos policías que son la mayoría”, dijo.

DESAGUADERO

El 22 de septiembre de 2023, se produjo una balacera en la carretera a Corpa, próxima a la localidad de Desaguadero, en esas acciones se produjo la muerte de la sargento Sonia Capquique Guarachi y de una persona de sexo femenino; además de heridas a un sargento de policía que está internado en una clínica de El Alto.

Había un hermetismo policial en el caso, no obstante fuentes reservadas de esa institución mencionaron que la balacera en Desaguadero, tiene que ver con un caso de volteo, posiblemente de un valioso cargamento de tubos de mercurio, y no con una acción antidrogas como inicialmente se presumía por la presencia de efectivos antidroga.

“Se presume que este grupo de policías estaba intentando voltear tubos de mercurio que ingresaron desde Perú de forma ilegal para la minería aurífera en el país. Cada tubo estaría valuado en 100.000 dólares y el botín constaba de al menos 10 unidades”, informó a la Agencia de Noticias Fides.

Desde el inicio este caso presentó varias aristas que llevan a pensar que no se trató de un operativo policial respaldado con una orden de operaciones: la sargento de policía que falleció, estaba destinada a Santa Cruz y era miembro de la fuerza antidroga y no de alguna unidad de lucha contra el contrabando; además, vestía pollera y no su uniforme y su entierro se realizó sin recibir honores, como ocurre en otros casos.

Por este hecho, cinco policías fueron aprehendidos y ayer enfrentaron su audiencia de medidas cautelares, donde la Fiscalía pedía su detención preventiva.

Al respecto, Santistevan dijo que no hay una respuesta clara, porque primero dijeron que era una cuestión de narcotráfico y no de tráfico de mercurio, como dicen los abogados.

“La Policía debería estar segura de lo que habla, si el abogado está mintiendo, está sujeto a una acción penal (…). La Policía al parecer no tiene voluntad de aclarar las cosas tal como son porque se pretende hacer creer que el motivo de esa operación no autorizada ha sido por narcotráfico y no tráfico de mercurio. ¿Estarán autoridades involucradas en el tráfico de mercurio?”, cuestionó.

Apuntó que los narcotraficantes que poseen fortuna en efectivo, son los únicos que podrían traficar mercurio en grandes cantidades, principalmente por el alto costo y la demanda.

“Estamos viendo que más allá del tráfico del mercurio, la delincuencia organizada está creciendo y esto está involucrando a personas de los estratos sociales. Estas organizaciones criminales están involucradas con autoridades que por lo menos, con el hecho de no mirar hacia el lugar por donde ellos trafican, basta”, dijo.

MÁS HECHOS

En los últimos años, los policías protagonizaron delitos de robo, hurto y asalto, pasando a atentados contra la vida, asesinatos y violaciones.

Uno de los casos que salió a la luz en 2019 involucró a varios altos jefes de la Policía, sino al Comando Nacional en su totalidad, es el caso de Anapol, con cobros irregulares a los aspirantes a policías para que poder ingresar a esa institución.

Desde 2006 a 2015, nueve comandantes de la Policía involucrados en actos de corrupción. Entre ellos, el caso más grande fue el de René Sanabria, quien cayó detenido por la DEA como el traficante de las drogas número uno. Luego cayó Oscar Nina y su hijo, detenidos en 2015 por narcotráfico. Oscar Farfán fue acusado de clonación de placas y que vehículos incautados eran adjudicados a policías. Jorge Santistevan es el primer campanazo de corrupción en el ingreso a Anapol. Alberto Aracena fue procesado en el sobreprecio en la compra de camisas. El siguiente, Luis Enrique Cerruto, cayó por 83 mil quintales de azúcar y arroz.