«Estas sanciones garantizarán que se congelen todos los activos que estos conglomerados y empresas tengan en Reino Unido», destacó Downing Street en un comunicado en el que acusa a dichas empresas de haber permitido la continuación de los combates en Sudán.
Londres sancionó a Al Junaid, GSK Advance Company y a Tradive General Trading, todas ellas vinculadas a las fuerzas paramilitares. Por otro lado, Defense Industries Systems, Sudan Master Technology y Zadna International Company for Investment Limited fueron sancionadas por sus vínculos con las Fuerzas Armadas.
El principal objetivo de Londres pasa por lograr limitar la libertad financiera tanto del Ejército regular como de las RSF al impedir que tanto la población civil, como las empresas y los principales bancos británicos puedan tratar con las entidades sancionadas.
«La guerra fue exacerbada y prolongada por los vastos imperios financieros que apoyan a las Fuerzas Armadas y las RSF. Los conglomerados multimillonarios de empresas asociadas con ambas partes les proporcionaron una fuente constante de fondos y armas», reza el escrito de Londres.
El ministro de Exteriores de Reino Unido, James Cleverly, aseveró que las sanciones van directamente dirigidas a aquellos cuyas acciones destruyeron la vida de millones en el marco de una guerra que afecta a civiles inocentes.
El conflicto que estalló el 15 de abril dejó hasta el momento más de 1.100 muertos, según el Ministerio de Salud sudanés, pero las cifras reales podrían ser mucho más elevadas teniendo en cuenta la violencia intercomunitaria desencadenada en las regiones de Kordofán y Darfur.
Además, más de 2,9 millones de personas fueron desplazadas, incluidas casi 700.000 que huyeron a países vecinos, según datos publicados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre informaciones de atrocidades diarias y abusos sexuales a gran escala contra las mujeres y niñas del país. (Europa Press)