«Los campos ya están al máximo de su capacidad, al igual que los refugios temporales de tránsito, así que las personas refugiadas están siendo trasladadas a otros lugares alejados de la ciudad, donde se siguen construyendo nuevos campos», señaló la coordinadora de emergencias de la ONG en Chad, Susana Borges.
En este sentido, explicó que los servicios disponibles en los campos no cuentan con los recursos suficientes para hacer frente a las necesidades de los refugiados.
La ONG indicó que llegan a esta zona aproximadamente unos 2.000 refugiados al día. Uno de los campos, con 150.000 personas, está colapsado, con una media de 400 consultas médicas al día en una clínica que cuenta con 38 camas y una ambulancia. En él se registró al menos 351 pacientes desnutridos.
A ello se le suma la grave escasez de agua y la temporada de lluvias en Chad, que incrementa los casos de malaria. En el citado campo, la ONG contabilizó un total de 956 personas con esta enfermedad, casi el triple que en la semana anterior.
«Sabemos, por crisis anteriores, que toda esta lluvia conlleva el riesgo de enfermedades diarreicas como el cólera. En estas condiciones, nos preocupan enormemente los brotes de enfermedades que podrían producirse si no se amplía urgentemente la respuesta humanitaria», subrayó la responsable de emergencias de MSF, Trish Newport.
Además, ante la llegada masiva de refugiados por la guerra en Sudán, los precios de los alimentos subieron en Adré. Por todo ello, la ONG solicitó a los donantes internacionales que proporcionen recursos para ayudar a los afectados a tener un refugio seguro, alimentos, agua y servicios de salud y protección. (Europa Press)