Gracias a una tecnología de vanguardia, Artemis, acrónimo de Advanced Robotic Technology for Enhanced Mobility and Improved Stability (tecnología robótica avanzada para mejorar la movilidad y la estabilidad), puede mantener el equilibrio si lo patean o empujan, resistir a los objetos que le lanzan y es capaz de correr, pero lo que diferencia a Artemis es su capacidad para dar patadas a una pelota.
«Si tu robot ni siquiera puede jugar un partido de fútbol, ¿cómo vas a poder utilizar estos robots para cosas más importantes, como vas salvar vidas humanas?», afirma Dennis Hong, profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial y director del Laboratorio de Robótica y Mecanismos (RoMeLa) de la UCLA, que desarrolló Artemis.
Las tecnologías usadas para los robots que juegan al fútbol también se emplean en otras aplicaciones, como la extinción de incendios y la ayuda en catástrofes, explica Hong.
Aunque Artemis no estará en la próxima Copa Mundial de la FIFA, el equipo de Hong presentará todas sus capacidades futbolísticas en la RoboCup de Burdeos, en Francia, en julio.
La principal innovación del robot es que los ingenieros diseñaron a medida sus actuadores -dispositivos que generan movimiento a partir de energía- para que se comporten como músculos biológicos. Son elásticos y controlados por fuerza, en lugar de rígidos y controlados por posición de la mayoría de los robots.
Los actuadores de Artemis también son únicos porque se accionan eléctricamente, en lugar de controlarse mediante un sistema hidráulico. Esto significa que son más silenciosos y eficientes, además de más limpios, ya que los sistemas hidráulicos suelen tener fugas de fluidos.
Justin Quan, estudiante de RoMeLa, afirma que su objetivo personal es diseñar robots que mejoren la vida de las personas.
«Ver cómo estos robots ayudan a llevar la tecnología robótica al siguiente nivel es muy gratificante, porque uno piensa: el sueño está cada vez más cerca», dijo. (Reuters)