El Gobierno británico considera que «la rebelión de Prigozhin es un desafío sin precedentes a la autoridad del presidente Vladimir Putin, y está claro que están surgiendo grietas en el apoyo ruso a la guerra». El mandatario ruso acusó al Grupo Wagner de «traición»; mientras que su líder dijo que no quería tomar el poder. La aventura tuvo en vilo a toda Rusia y al mundo el sábado.
Cleverly señaló que Prigozhin, al que ha calificado como «uno de los secuaces de Putin», ha expuesto «las mentiras del Gobierno ruso». «No puede justificar esta guerra, ni siquiera dentro del seno de su liderazgo», ha sentenciado, tal y como ha recogido la cadena británica Sky News.
El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha asegurado este mismo lunes que la revuelta de los mercenarios del Grupo Wagner es una muestra de que la guerra en Ucrania está «agrietando» el poder en Rusia.
De la misma forma, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reiteró que el presidente Putin cometió un «error estratégico» con la invasión de Ucrania, en sus primeras declaraciones tras la revuelta de los mercenarios.
TRAICIÓN A RUSIA
En un sorpresivo discurso que fue televisado en todo Rusia, el presidente Vladimir Putin volvió a referirse al intento de rebelión encabezado por el Grupo Wagner y aseguró que los que buscaron «traicionar» a Moscú «serán llevados ante la Justicia».
Además, Putin les agradeció a los soldados rusos que perdieron la vida durante la breve rebelión que encabezó Yevgeny Prigozhin el viernes y el sábado, y resaltó que, si los líderes del Grupo Wagner intentaban avanzar con el motín, iban a ser «aplastados» por las fuerzas rusas.
«La solidaridad de nuestra sociedad ha demostrado que cualquier chantaje e intento de atizar la agitación interna están condenados al fracaso», dijo Putin, que sorprendió con un nuevo discurso este lunes, luego de que Prigozhin retomara el protagonismo.
En ese sentido, Putin dijo: «Los organizadores de esta rebelión serán llevados ante la justicia, todo el mundo lo comprenderá. Se trata de una actividad criminal dirigida a debilitar el país y de una amenaza colosal. Los organizadores de esta rebelión han traicionado a las personas que se vieron arrastradas a esto, y esto es precisamente lo que querían los neonazis de Ucrania y Occidente: que los soldados rusos se mataran entre sí. Querían que nuestra sociedad se fragmentara, pero se equivocaron.».
Putin además dijo que durante la rebelión dio la orden de evitar «un derramamiento de sangre» que, según él, buscaban Ucrania y los occidentales, al tiempo que agradeció a los rusos su «patriotismo» y su unidad.
«Desde el comienzo de los acontecimientos, se tomaron medidas siguiendo mis instrucciones directas para evitar un gran derramamiento de sangre», dijo Putin durante un discurso televisado, juzgando que Occidente y Ucrania, querían «un resultado fratricida».
Por otro lado, Putin ofreció a los mercenarios del Grupo Wagner que se sublevaron que se unan al Ejército regular del país o se marchen a Bielorrusia junto a Prigozhin.
La disputa entre el líder del Grupo Wagner y los altos mandos militares de Rusia ha estado enconada a lo largo de la guerra, estallando en una revuelta durante el fin de semana cuando los mercenarios abandonaron Ucrania para tomar un cuartel militar en una ciudad del sur de Rusia. Avanzaron aparentemente sin oposición durante cientos de kilómetros hacia Moscú antes de dar la vuelta después de menos de 24 horas el sábado.
REBELIÓN ARMADA
El líder del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, aseguró que su objetivo con la rebelión armada no era derrocar al «Gobierno elegido democráticamente» del presidente ruso, Vladimir Putin, y afirmó que los mercenarios se dieron la vuelta «para evitar un derramamiento de sangre».
«Lamentamos haber golpeado a la Fuerza Aérea, pero eso es porque estaban lanzando bombas. (…) Ni un solo militar murió en el suelo. (…) El propósito era evitar la destrucción de Wagner y llevar ante la justicia a quienes cometieron tantos errores en el curso de la operación militar especial», señaló Prigozhin, en paradero desconocido y en sus primeras declaraciones tras la rebelión que puso a las fuerzas rusas en estado de alerta a lo largo del fin de semana.
Asimismo, Prigozhin indicó que si los mercenarios de Wagner hubiesen estado al frente de las primeras operaciones en suelo ucraniano tras anunciarse la «operación militar especial» –en alusión a la invasión rusa de Ucrania–, los enfrentamientos hubiesen durado escasos días.
«Nuestras acciones revelaron serias brechas de seguridad en todo el país: bloqueamos todos los aeródromos y unidades militares. En 24 horas recorrimos una distancia similar a la de las tropas hacia Kiev el 24 de febrero y desde ese mismo punto hacia Uzhgorod», puntualizó el líder de Wagner.
Horas después del inicio de la rebelión y ante el avance de las unidades del Grupo Wagner hacia Moscú, el Kremlin anunció un acuerdo que implica que Prigozhin se traslade a Bielorrusia, así como la retirada de cargos por traición contra él y garantías de no encausar a los miembros del grupo de mercenarios por sus acciones.
Tras el acuerdo, Prigozhin dio orden a los miembros del grupo a abandonar las posiciones tomadas durante su avance, incluido su repliegue del centro de la ciudad de Rostov del Don, de cara a una reducción de las tensiones, derivadas de su lucha contra la cúpula del Ministerio de Defensa y el Ejército ruso en el marco de la invasión de Ucrania, desatada en febrero de 2022 por orden del presidente ruso, Vladimir Putin. (Europa Press/Infobae)