“Con estas históricas sanciones, disminuiremos aún más la capacidad armamentística de Rusia, cerrando las redes de suministro que apuntalan la industria de defensa, ya en dificultades de (Vladimir) Putin”, enfatizó el ministro de Exteriores británico, James Cleverly.
Reino Unido aseguró quienes fueron ahora puestos bajo estas nuevas sanciones estuvieron facilitando a Rusia el acceso a material militar. Se trata de 22 empresas y personas de Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Eslovaquia y Suiza, así como tres compañías rusas que importan productos electrónicos.
A su vez, las autoridades británicas aseguraron que están tomando medidas contra el apoyo a Rusia que llega desde Bielorrusia e Irán, a quienes ya se sancionó en anteriores ocasiones por su papel desestabilizador y el que están jugando de manera indirecta en la invasión de Ucrania.
En esta ocasión, fueron sancionados personas y empresas relacionadas con el desarrollo y la producción de vehículos aéreos no tripulados para el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y compañías tecnológicas bielorrusas.
«La industria de defensa rusa está severamente presionada y enfocada por completo en sostener la guerra. Al no poder acceder a los componentes occidentales, el Ejército ruso lucha por producir suficientes equipos de alta gama y ahora busca desesperadamente armamento extranjero, para el cual recurren a diferentes instancias de gobiernos que puedan satisfacer sus demandas con el principal objetivo de contar con una defensa ante la ofensiva de Ucrania», señala Asuntos Exteriores.
En ese sentido, Londres destacó que Rusia tuvo que movilizar tanques y otros equipamientos de la era soviética debido a estas carencias. Asimismo, confía en que este nuevo paquete de sanciones, el mayor hasta ahora dirigido contra Rusia a través de terceras empresas extranjeras, repercuta en sus intentos por eludir anteriores restricciones.
«No hay ningún lugar donde puedan esconderse quienes sostienen la maquinaria militar de Rusia», expresó Cleverly, quien recordó que tanto Reino Unido como el resto de sus socios internacionales solicitó repetidamente a terceros países que dejen apoyar materialmente la invasión rusa a menos que estén dispuestos a enfrentarse a severos costes, en muchas instancias que a la larga pueden perjudicarles en diferentes ámbitos. (Europa Press).