Rolando Coteja Mollo
El sistema legal es fundamental para la convivencia, regula relaciones, define roles, protege derechos y resuelve conflictos. Existen diversos sistemas legales en el mundo, destacando el civil law (derecho civil) y el common law (derecho común), cada uno con sus características, ventajas y desventajas. ¿Pero cuál de estos sistemas es el más adecuado para nuestro país?
El civil law, o derecho continental, es el más prevalente a nivel mundial. se basa en un conjunto de leyes que establecen las reglas a seguir en distintas situaciones. Los jueces en este sistema aplican la ley según códigos y normas, con poco espacio para la interpretación.
Algunas de las ventajas del civil law, entre otras, son que aporta una mayor claridad y previsibilidad en la aplicación de la ley mediante códigos escritos. Las reglas son definidas previamente, facilitando a los ciudadanos comprender sus derechos y deberes. La uniformidad busca mayor justicia y coherencia en las decisiones judiciales con leyes parecidas. Con menor margen de interpretación, los jueces tienen menos libertad al aplicar la ley, reduciendo el riesgo de decisiones arbitrarias o influenciadas por intereses personales.
Sin embargo, la codificación puede generar rigidez, ya que las reglas estrictas no siempre se adaptan a nuevas situaciones o cambios sociales. esto puede provocar que el sistema responda de manera lenta a los cambios. La falta de flexibilidad en la interpretación puede dificultar la justicia en casos complejos, al obligar a los jueces a ceñirse únicamente a la ley.
Mientras el common law, que tiene su origen en Inglaterra y se aplica en países como Estados Unidos y el Reino Unido, se basa en la jurisprudencia y los precedentes judiciales. En este sistema, los jueces son fundamentales en la creación del derecho, ya que sus decisiones anteriores sirven de precedentes para otros tribunales.
Respecto a lo relevante, la flexibilidad del common law radica en que los jueces interpretan y crean la ley a través de sus decisiones, esto facilita que el sistema se ajuste rápidamente a cambios sociales, económicos o tecnológicos. Resolución personalizada, este sistema ofrece soluciones más equitativas y adaptadas a cada situación, considerando antecedentes y circunstancias específicas. El derecho siempre está en evolución, el common law se ajusta y perfecciona a través de decisiones judiciales.
No obstante, la dependencia de precedentes puede generar incertidumbre, ya que los ciudadanos no saben cómo se aplicará la ley a su caso hasta que se decida. La desigualdad en la aplicación se da porque al otorgar a los jueces un papel importante en la creación de leyes, existe el riesgo de que las decisiones difieran entre tribunales, resultando en una aplicación desigual de la ley. Los altos costos del proceso judicial en el common law, que suele ser más largo debido a la evaluación de precedentes, pueden no ser asequibles para todos.
Al elegir el sistema más adecuado para nuestro país, es fundamental tener en cuenta nuestras necesidades, cultura legal e historia. Varios países latinoamericanos, incluido el nuestro, han adoptado sistemas del civil law basados en el derecho romano y las tradiciones legales europeas. Este sistema ha proporcionado una base firme y confiable para el desarrollo de nuestras instituciones jurídicas.
Ahora bien, se debe tomar en cuenta que nuestro entorno ha cambiado considerablemente en las últimas décadas. La globalización, la interconexión y los rápidos cambios sociales y tecnológicos plantean desafíos que requieren mayor flexibilidad en el sistema legal.
Sería recomendable considerar un modelo híbrido que combine la claridad del civil law con la flexibilidad del common law. Este enfoque podría ayudar a estabilizar la legalidad en nuestro país y a enfrentar mejor los nuevos retos.
Un sistema híbrido podría emplear más jurisprudencia en áreas donde la ley escrita es ambigua o limitada. Se podría otorgar más autonomía a los jueces para interpretar y aplicar la ley en casos complicados, garantizando un marco legal claro y accesible.
No existe un sistema legal perfecto que solucione todos los problemas sin errores. Al evaluar las ventajas y desventajas de los sistemas legales, podemos identificar elementos que optimizarían nuestro sistema actual para adaptarse a las necesidades del Siglo XXI.
Adoptar un enfoque híbrido que combine lo mejor del civil law y del common law podría ser una solución efectiva para nuestro país. Esto ayudaría a la estabilidad y justicia de un sistema codificado, facilitando nuestra adaptación a un mundo cambiante.
Es importante que cualquier reforma del sistema legal se centre en la justicia, la transparencia y la responsabilidad. Así, podremos establecer un sistema eficiente, flexible, justo y accesible para todos.
El autor es politólogo-abogado y docente universitario.
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