Siete años después de la muerte de Adama Traore, su hermana tenía previsto encabezar una marcha conmemorativa anual al norte de París, en Persan y Beaumont-sur-Oise.
Pero un tribunal, temeroso de que se reavivaran los recientes disturbios provocados por la muerte a manos de la policía de Nahel M., de 17 años, en un control de tráfico cerca de París, dictaminó que había demasiadas probabilidades de que se produjeran disturbios públicos como para permitir que se celebrara la marcha.
En un vídeo publicado en Twitter, Assa Traore, hermana mayor de Adama, denunció la decisión. «El gobierno decidió echar leña al fuego» y «no respetar la muerte de mi hermano pequeño», afirmó.
En su lugar, acudió a una concentración en la céntrica plaza de la República de París para decir al mundo entero que nuestros muertos tienen derecho a existir, incluso muertos.
La manifestación de París también había sido prohibida por considerar que podía alterar el orden público y se abrió una causa judicial contra Assa Traore por organizar el acto, según la policía.
Jean-Luc Melenchon, líder del partido de izquierda radical France Unbowed, fustigó al gobierno en Twitter.
Muchos de los asistentes a la concentración gritaron «Justicia para Nahel» antes de dispersarse tranquilamente a última hora de la tarde.
Sin embargo, uno de los hermanos de Assa Traore fue detenido como sospechoso de violencia contra una persona que ejerce autoridad pública, según informó la policía, sin dar más detalles.
DOLOR Y RABIA
Varios sindicatos, partidos políticos y asociaciones habían pedido a sus simpatizantes que se unieran a la marcha en favor de Traore, mientras Francia se tambalea tras las acusaciones de racismo institucionalizado en sus filas policiales a raíz del tiroteo de Nahel M.
Traore, que tenía 24 años, murió poco después de su detención en 2016, desencadenando varias noches de disturbios que se desarrollaron de forma similar a los disturbios de una semana que estallaron en todo el país tras el tiroteo a quemarropa de Nahel.
La muerte del adolescente, el 27 de junio reavivó acusaciones de larga data de racismo sistémico entre las fuerzas de seguridad, y un comité de la ONU instó a Francia a prohibir los perfiles raciales.
El Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), formado por 18 expertos independientes, pidió a Francia que apruebe una legislación que defina y prohíba los perfiles raciales y cuestionó el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas del orden.
Más de 3.700 personas fueron detenidas por la policía en relación con las protestas desde la muerte de Nahel, entre ellas al menos 1.160 menores, según cifras oficiales. (Infobae/Afp).