El programa centro terapéutico Hombres de Paz, de la Fundación Voces Libres, busca provocar cambios significativos personales en hombres que han ejercido violencia de género, con el objetivo de prevenir o reducir las posibilidades de reincidencia. La finalidad, como señala la fundación, es aumentar la seguridad y el bienestar de las familias, a través de la terapia especializada grupal e individual en varones.
Zeballos indicó que la violencia es considerada como un problema de salud, por los efectos que provoca a nivel físico, a nivel psicológico y a nivel social, pero “se ha dado un paso fundamental, por lo menos en Cochabamba, al pasar de la asistencia integral a nivel psicológico, social y legal hacia las mujeres, a trabajar con hombres que ejercen violencia”.
La misma Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló el especialista, plantea que es necesario trabajar con hombres para que tengan la opción de ser parte de “dispositivos psicoterapéuticos que les permita alternativas diferentes al ejercicio de violencia”.
El Ministerio Público informó este miércoles que entre el 1 de enero y el 9 de octubre, se registraron 36.422 casos de violencia hacia las mujeres. Los casos tuvieron mayor incidencia en los departamentos de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba.
“Del total de casos ingresados en esta gestión, el 93% tiene como víctima a mujeres, adolescentes y niñas”, señaló la directora de la fiscalía especializada en delitos en razón de género y juvenil, Daniela Cáceres.
“Nosotros trabajamos con ellos e intentamos provocar en ellos cambios posibles en sus modos de pensar, de sentir, de actuar, para que estos hombres encuentren otro camino que sean distintos al de la violencia”, dijo Zeballos a ANF.
Indicó que especialmente en esta época estamos advertidos de que la violencia conduce a lo peor a las víctimas, que sufren las consecuencias como también a los hombres que la ejercen, por todas las connotaciones que tiene.
“La violencia es un problema de salud pública, eso lo ha dicho la OMS, la violencia es un problema social, es un problema para el desarrollo de los pueblos, como también lo dice Naciones Unidas”, apuntó.
En ese sentido, indicó que trabajar con hombres “puede dar una posibilidad de que podamos disminuir de alguna manera la violencia denominada de género o contra las mujeres, ese ha sido un aporte de la institución”, pero lo más interesante, agregó, es que se está intentando convertirlo en una política pública.
“Ahora, trabajando con la Defensoría del Pueblo, estamos viendo convertir esto en una política pública, es decir que sea el Estado el que siga brindando asistencia integral a las mujeres, pero que también posibilite espacios de tratamiento para hombres, porque como dice la OMS, el trabajar solo con las mujeres víctimas de violencia es muy importante, pero es insuficiente, también hay que trabajar con los hombres que ejercen violencia”.
Naciones Unidas, refirió Zeballos, nos dice que la violencia es un problema para el desarrollo de los pueblos, y por otro lado, la psicología y el psicoanálisis nos enseñan que “la violencia es un acto que provoca malestar, sufrimiento, daño, que puede provocar incluso la muerte de una persona”, por lo que es necesario verlo como política pública. (ANF)