Varias organizaciones en defensa de la libertad de prensa y grupos de derechos humanos expresaron su preocupación luego de que Milashina recibiera una golpiza y fuera amenazada con un arma mientras trabajaba en la república rusa del Caúcaso esta semana.
“Milashina está en un hospital en Moscú. Su estado es francamente complicado: fue golpeada con dureza, le pegaron con un palo”, dijo a los periodistas Dmitri Muratov, director del diario Nóvaya Gazeta.
Nóvaya Gazeta es uno de los pocos bastiones de prensa en Rusia y Muratov fue uno de los coganadores del Premio Nobel de la Paz en 2021.
El medio publicó un video de Milashina en el hospital con la cabeza rapada y las manos vendadas.
La agresión ocurrió mientras Milashina se dirigía junto al abogado Alexander Nemov a la audiencia de tribunal que iba a juzgar a Zarema Musayeva, madre de dos destacados activistas que desafiaron a las autoridades chechenas. La mujer fue condenada a 5 años y medio de cárcel.
“Sabían lo que hacían”
La propia Milashina contó cómo fue la agresión que sufrió junto a Nemov en un video publicado por Novaya Gazeta.
“Tiraron al taxista del coche y a nosotros boca abajo. Intentaron atarme las manos a la espalda, al parecer apuñalaron a Sasha [Nemov]: tenía sangre”, dijo. “Condujeron un rato y luego nos detuvimos. Nos arrastraron a un barranco y empezaron a golpearnos”.
“Conocían muy bien sus capacidades y nuestros límites, sabían lo que hacían. Tenían prisa y exigieron las contraseñas de nuestras herramientas. A Sasha le dieron una paliza tremenda. A mí me raparon. Amenazaron con cortarme los dedos, empezaron a rompérmelos, pero no pudieron. Me dieron una contusión. Luego se marcharon: me dijeron que contara hasta cien, me inmovilizaron en el suelo, Sasha y yo nos tumbamos, contamos, nos levantamos… corrieron hacia nosotros, volvieron a golpearme con fuerza y de nuevo me dijeron que contara hasta cien. Y eso fue todo”.
“No se llevaron nada, sólo les interesaba nuestra tecnología. Todo esto está relacionado con nuestras actividades profesionales en Chechenia”, aseguró.
El gobierno ruso y el líder de Chechenia, Ramzan Kadyrov, dijo que los responsables deben ser identificados.
Andrei Klishas, jefe de la comisión de asuntos constitucionales de la Cámara Alta rusa, declaró que el ataque a Milashina y Nemov merece una “respuesta dura” por parte de las fuerzas del orden, y otro alto legislador, Alexander Khinshtein, lo denunció como “criminal” e instó a los fiscales a dar prioridad al caso.
Milashina reportó abusos contra los derechos humanos en esta región del Cáucaso, gobernada desde hace años por Kadirov. En febrero de 2022, la periodista tuvo que huir de Rusia, según el medio en el que trabaja, debido a las amenazas proferidas por Kadirov, que la calificó de “terrorista”.
Desde 2000, seis periodistas o colaboradores de Nóvaya Gazeta fueron asesinados, incluyendo la periodista Anna Politkóvskaya, abatida en la entrada de su edificio en Moscú.
Férreo aliado de Putin
El Kremlin confió en Kadyrov para mantener estable la región del Cáucaso Norte tras dos devastadoras guerras separatistas. Grupos internacionales de derechos humanos acusaron a las temidas fuerzas de seguridad de Kadýrov de ejecuciones extrajudiciales, torturas y secuestros de disidentes. Su influencia aumentó desde el inicio de la campaña de Moscú en Ucrania, donde sus fuerzas de seguridad participaron activamente.
Las autoridades rusas pusieron trabas a las reiteradas peticiones de grupos internacionales de derechos humanos para que se ponga fin a los abusos en Chechenia.
A pesar del apoyo del Kremlin, Kadyrov mantuvo al parecer tensas relaciones con algunas de las fuerzas de seguridad rusas. La airada reacción de funcionarios y legisladores relacionados con el Kremlin podría indicar la intención de las autoridades de reducir al hombre fuerte de Chechenia. (Infobae)