La llamada ‘Cumbre del Mar del Norte’ reunió ayer en el puerto de Ostende (Bélgica) a los jefes de Estado y de Gobierno de Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos y Reino Unido y a sus ministros de Energía y contó también con la presencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y de la comisaria europea de Energía, Kadri Simson.
En la primera edición, celebrada el año pasado en Esbjerg (Dinamarca), los cuatro países fundadores de la ‘Coalición del Mar del Norte’ Bélgica, Dinamarca, Alemania y Países Bajos se comprometieron a cuadriplicar su capacidad combinada de generación de energía en alta mar a 150 gigavatios (GW) para 2050, una ambición a la que ahora se suman otros cinco países y que se duplica en esta segunda cumbre hasta los 300 GW, equivalente al consumo anual de electricidad de 300 millones de hogares europeos.
El primer ministro belga, Alexander de Croo, anfitrión del evento, destacó que esta cumbre «marca el importante hito de hacer del mar del Norte la mayor central eléctrica verde del mundo» con el objetivo de «conseguir una Europa más verde e independiente que pueda crecer de manera sostenible».
«Estamos subiendo el listón», afirmó la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, quien recordó, no obstante, que aún quedan algunos obstáculos para la transición ecológica, por lo que abogó por «asegurar las cadenas de suministro, desarrollar el sector industrial europeo, reducir las normas burocráticas y alinear objetivos en materia de biodiversidad con las ambiciones climáticas para poder seguir avanzando».
«Europa se convirtió en la casa de las energías renovables y el mar del Norte se está convirtiendo en la potencia de Europa», subrayó Von der Leyen durante su intervención, en la que exhortó a los países presentes a trabajar en proyectos de hidrógeno transfronterizos, dado que la región del mar del Norte tiene el potencial de producir cantidades masivas de hidrógeno verde y convertirse en el principal corredor de importaciones de esta energía que puede cambiar las reglas del juego para Europa.
En la misma línea, el presidente francés, Emmanuel Macron, destacó que impulsar la capacidad de producción permitirá generar más hidrógeno verde para las industrias europeas y avanzar hacia la soberanía energética.
También el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, insistió en la importancia de priorizar la autonomía estratégica europea luego de comprobar la importante dependencia en la producción de energía que ha demostrado la guerra de agresión de Rusia a Ucrania.
El primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, instó a «redoblar los esfuerzos por el clima, lo que significa avanzar hacia suministros energéticos sostenibles», algo que la invasión rusa de Ucrania hizo todavía más urgente. «Producir esa energía es la mejor manera de abordar el problema y el mar del Norte es indispensable aquí», aseguró.
Por su lado, su homólogo noruego, el primer ministro Jonas Gahr Store, reconoció que participa con entusiasmo en esta iniciativa relacionada con la energía eólica marina y espera aportar la experiencia de Noruega como mayor proveedor de energía de Europa porque tiene mucho más que aportar. (Europa Press)