La protesta comenzó hace más de tres semanas y ya se tradujo por parte de las autoridades en una mejora de la atención médica y un aumento del tiempo para las visitas en la prisión de Jau, epicentro de la movilización, como apuntó la portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas, Ravina Shamdasani.
La ONU recogió el guante de las autoridades locales para una próxima visita al país, en la que espera examinar las condiciones de las cárceles y elaborar recomendaciones al respecto, «de acuerdo a los estándares internacionales». «También estamos listos para proporcionar otro apoyo técnico», dijo Shamdasani.
Las organizaciones civiles Centro de Bahréin para los Derechos Humanos (BCHR) e Instituto de Bahréin para los Derechos y la Democracia (BIRD) cifraron en más de 700 el número de reos en huelga de hambre desde el 7 de agosto. Los presos denuncian las duras condiciones de detención, entre ellas la detención en celdas durante 23 horas al día y las restricciones a las visitas, incluida la negativa a que los familiares de los reos les pudieran ver en la prisión de Jau.
La huelga de hambre se vió seguida por una serie de protestas por parte de familiares de los presos para reclamar su liberación. Entre los reos en huelga de hambre figura el destacado activista Abdulhadi al Jauaja, encarcelado desde hace doce años y hospitalizado, días después del inicio de su protesta por el empeoramiento de su estado de salud. (Europa Press)