El jefe de la Minusma, El Ghassim Wane, se reunió con el ministro de Exteriores maliense, Abdoulaye Diop, para abordar consultas de cara a fijar de forma conjunta este calendario de retirada, que debe ser completada de cara al 31 de diciembre de 2023, según un comunicado publicado por la misión a través de su página web.
También explicó que la reunión, celebrada a petición de la Minusma, trató la necesidad de una retirada ordenada, a tiempo de permitir a la misión presentar los desafíos que implica este proceso, por lo que las partes se mostraron de acuerdo en fijar una cooperación y coordinación reforzada para garantizar que la retirada se completa en el periodo fijado.
La Minusma especificó que se pondrán en marcha numerosos mecanismos a nivel técnico y político para tratar los diferentes puntos del proceso, incluida la retirada del personal civil y los uniformados, la transferencia de tareas y los asuntos logísticos y de seguridad.
«La Minusma, la ONU, está decidida a garantizar que se cumple este plan de retirada en los plazos estipulados y para ello necesitamos acompañamiento y apoyo del Estado maliense», dijo Wane, que recalcó que esta primera reunión ilustra esta fuerte voluntad de ir hace adelante.
«La ejecución de este plan de retirada va a reclamar una cantidad enorme de trabajo. Necesitamos trabajar en estrecha colaboración, tal y como se especificó en la resolución (aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU), así como acordar los mecanismos que se pondrán en marcha para facilitar la aplicación de la decisión», argumentó.
Por su parte, Diop reconoció que hay una cantidad enorme de hacer en un plazo corto, lo que va a requerir una movilización de equipos para poder responder con rapidez. «Nos hemos puesto de acuerdo sobre lo que hay que hacer y sobre el calendario que hay que elaborar inmediatamente para poder completar esta retirada en el plazo del 31 de diciembre», señaló.
La decisión del Consejo de Seguridad de la ONU supone dar carpetazo al despliegue de la Minusma tras diez años de presencia en el país africano, después de que la junta militar maliense, encabezada por Assimi Goita, exigiera la salida inmediata de los ‘cascos azules’.
Las relaciones de Bamako con la Minusma se vieron afectadas por un informe de la ONU sobre la matanza de más de 500 personas en marzo de 2022 en la ciudad de Moura (centro), en el que se apuntaba al Ejército como principal responsable. El Gobierno rechazó «con firmeza» el informe y aseguró que las imágenes obtenidas por satélite por los investigadores constituyen un delito de «espionaje».
Goita ya había puesto el foco sobre la Minusma en estos últimos meses, reclamándole una mayor colaboración con el Ejército a la hora de llevar a cabo sus operaciones contra la amenaza terrorista, especialmente por parte de las ramas de Al Qaeda y Estado Islámico en la región.
La misión tiene desplegados ‘cascos azules’ en el país desde 2013, si bien las relaciones se deterioraron a raíz de los golpes de Estado liderados por Goita en agosto de 2020 y mayo de 2021 y los aplazamientos por parte de la junta a la hora de fijar un calendario electoral para una transición democrática. (Europa Press)