«Estamos profundamente consternados por el alto número de muertes ocurridas la semana pasada en Brasil, donde al menos 45 personas murieron en diferentes partes del país durante operaciones policiales supuestamente destinadas a combatir el narcotráfico y el crimen organizado. Estas cifras la convierten en una de las semanas más sangrientas en muchos años», señala un comunicado.
Hurtado dijo que estas muertes siguen a otros casos de violencia policial y presuntas ejecuciones extrajudiciales denunciadas en los últimos años en circunstancias que nunca se esclarecieron por completo y donde los responsables no rindieron cuentas.
«En los últimos años, el total de muertes en operaciones policiales en Brasil disminuyó hasta cierto punto, pero las muertes de brasileños afrodescendientes a manos de la policía aumentaron; la brecha ya existente está creciendo aún más», lamentó.
Por su parte, organizaciones vinculadas al movimiento negro protagonizaron un acto pidiendo el fin de la ‹Operación Escudo› de la Policía de Sao Paulo, donde se contabilizó la muerte de 16 personas y la detención de 58 personas.
«Necesitamos poner fin de inmediato a la ‹Operación Escudo›, que es una operación de venganza contra las comunidades de ese territorio. Los vecinos están absolutamente asustados», declaró la concejala de Sao Paulo Elaine Mineiro.
Simone Nascimento, del Movimiento Negro Unificado, solicitó «frente a la Secretaría de Seguridad Pública que se termine con este escenario de inseguridad, que la población deje de tener miedo, que se investigue lo ocurrido» y que se identifique a las víctimas.
Los manifestantes exhibieron pancartas criticando la actuación policial, asegurando que se trata de una masacre: «No es una guerra contra las drogas, es una guerra contra los pobres». (Europa Press).